Mexicano y estadounidense triunfan en 'El Cruce'
Pablo Videla, acaparó las miradas y aplausos por su valentía.
Ángel Villegas/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- El momento esperado se acercaba. A lo lejos destacan tres personajes que lideran ‘El Cruce’ en la prueba de los 10 Kilómetros. El primero de ellos, el tapatío Alfredo Villa Mejía, se despega y obtiene un triunfo inobjetable (1:40:28). Levanta el brazo en señal de triunfo.
Tras de él, los otros dos disputan la segunda posición. Parece un final de alarido. Cristhoper Robinson, de Estados Unidos, y el gran referente del Estado, Fernando Betanzos, llegan casi parejos, hasta que el primero, deja de nadar y concluye su participación corriendo, para ‘madrugar’ a su adversario, con su 1:41:19.
“Es un buen parámetro que me permite saber en qué tengo que entrenar. El 18 de julio partimos rumbo a Colombia, a los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Previo al viaje, buscaré alguna otra competencia para llegar lo mejor preparado posible”, destaca Villa Mejía.
También te puede interesar: 'Las sirenas' llegarán a Chetumal en la Olimpiada Nacional
En femenil, la victoria fue para la estadounidense Sandra Frimerman Bergquist, con 1:54:11, escoltada por las mexicanas Lucila Navarese y María Lorena Martínez, con 1:56:24 y 2:01:50, respectivamente.
Un ritual maya anunció el inicio de la esperada edición 2018 de ‘El Cruce’, en playa Caracol, en la zona hotelera. Tritones y sirenas nacionales y extranjeros encabezaron una espectacular postal, minutos antes de surcar las aguas del Caribe mexicano en busca de la gloria.
Hay muchas historias que contar, la más significativa, la del argentino Pablo Videla, quien acaparó las miradas y aplausos por su valentía, a pesar de sus limitaciones físicas.
“Estoy participando en ‘El Cruce’ por tercer año consecutivo. Ni superhéroe ni nada por el estilo. Todo el año me la paso entrenando para estar acá, en esta aventura en aguas abiertas. En mi calendario anual no puede faltar, me gusta todo, la hospitalidad de la gente, la organización, el ambiente, en fin, siempre me han tratado bien”, confesó.
Su mérito es doble, ya que “a los 13 años perdí una pierna, cuando jugaba en el campo con un tractor, ni siquiera trabajando. Vengo con la mejor actitud, no hay límites, los límites los pones tú y yo no los tengo”, manifiesta tras cruzar la meta y consumar así una nueva gesta heroica.