Empresarios sin iniciativa
Sin representación efectiva ante las autoridades gubernamentales porque sus líderes en Quintana Roo son sumisos ante el poder.
Sin representación efectiva ante las autoridades gubernamentales porque sus líderes en Quintana Roo son sumisos ante el poder, nuestro sector privado está vulnerable e indefenso ante los embates fiscales, el alza de los energéticos y la competencia desleal, lo que ha golpeado con dureza a la economía regional, sobre todo a la del sur del estado.
La división entre las organizaciones de empresarios es tan notoria que nunca logran ponerse de acuerdo ni siquiera para defender el terruño ante el ingreso de intereses foráneos, que a diferencia de los quintanarroenses trabajan en bloque y con una estrategia conjunta.
El contraste más claro se ve al comparar la forma en que trabajan los empresarios yucatecos, quienes no solo han cercado su mercado interno con su gobierno estatal, sino que además saben presentar armas contra medidas que los afectan directamente.
Esta semana los dirigentes de todos los sectores de la iniciativa privada en Yucatán, desde la construcción hasta los comerciantes. conformaron un bloque común para dar pelea contra los incrementos del precio de la energía eléctrica y los combustibles ordenados por el gobierno federal, ya que los deja fuera de competencia ante empresarios extranjeros que gozan de menores tasas impositivas y otras ventajas.
En cambio, los sumisos empresarios chetumaleños mantienen la cabeza gacha y con tibieza anuncian resignados “estrategias” para enfrentar la cuesta de enero, sin alzar la voz contra papá gobierno que ha sido una confortable fuente de empleos para un puñado de sus figuras.
No es de extrañar, pues, que vengan de otras latitudes a comerles el mandado en su propia mesa, dejando solo migajas para los locales que no tienen capacidad de organización y que han participado en obras tan deficientes, como la fallida y costosa remodelación de la céntrica avenida de los Héroes en la capital.
El propio gobernador Carlos Joaquín González dejó claro apenas hace un par de días, en unas declaraciones más duras de lo que parecen, que no existen varitas mágicas para resolver la crónica crisis económica del sur, y que para lograrlo se requiere la participación de todos, no solo del gobierno. Un coscorrón con guante blanco para los comodinos emprendedores sureños, acostumbrados a alimentarse de la leche del seno presupuestal que reclaman con lloriqueos, no con propuestas viables.