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Por enésima ocasión ejidatarios de municipios del sur se manifestaron en las oficinas de la delegación de la SCT para exigir el pago de deudas añejas por el uso de sus tierras para la construcción de vías federales, bloqueando el acceso a los trabajadores de la dependencia que tuvieron un día de asueto extra sin que el delegado Francisco Elizondo Garrido siquiera se percatara, porque como de costumbre no hizo acto de presencia. 

Y es que el delegado de la SCT es más evasivo que un alma en pena, ya que rara vez se le ve deambulando por las oficinas de la capital y cuentan los pocos que han logrado seguirle el rastro que solo aparece una o dos veces al mes, generalmente cuando hay licitaciones millonarias en curso. 

Las airadas protestas de los campesinos –quienes advirtieron que si esta vez no son escuchados recurrirán otra vez al bloqueo de carreteras– el fantasmal Elizondo Garrido ni las ve ni las oye, pues el anda en otro plano existencial donde se siente más a gusto, allá por la turística Cancún o la cosmopolita Ciudad de México, donde se mueve con frecuencia.

A decir de los ejidatarios, Francisco Elizondo es el peor delegado federal de la SCT con el que les ha tocado lidiar, ya que no solo los ignora, sino que pretende aprovecharse de la ignorancia de las leyes que tienen los campesinos para darles gato por liebre, negándose a pagar el valor comercial de las tierras utilizadas a pesar de que cuentan con una ordenanza judicial. 

Los campesinos se quedaron cortos. Enquistado en el cargo desde el 2013 por favor del presidente Enrique Peña Nieto, Francisco Elizondo es un júnior de la política veracruzana y amigo del “Niño Verde”, Jorge Emilio González Martínez. Las licitaciones amañadas y el infaltable diezmo son práctica común en esa delegación que ha estado al margen de los reflectores. 

Vehículos de lujo a “préstamo”, viajes todo pagado, comilonas y otras tantas peticiones les hace llegar a los constructores favorecidos, quienes lo complacen para no ser borrados de su lista, aunque en voz baja vociferan por los abusos del faraónico y negligente funcionario federal. 

Pese a sus descarados excesos, su desdén hacia los campesinos y hacia el sur del estado en general –incluyendo la capital que visita solo cuando no hay de otra sopa–, sus pocos logros al frente de la SCT y su cercanía con el ex gobernador Roberto Borge, Francisco Elizondo ha sobrevivido a la alternancia local y sigue haciendo de las suyas en su mina personal de la SCT.

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