La prueba de Conrado

Tiene en sus manos una bomba de tiempo con el polémico tema del transporte.

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A punto de cumplir su primer mes al frente de la Secretaría de Infraestructura y Transporte, William Conrado Alarcón, quien fue elegido para sustituir a Jorge Portilla Mánica, tiene en sus manos una bomba de tiempo con el polémico tema del transporte y la política hostil que ha impuesto en el sector el director de Transporte, Alejandro Ramos Hernández.

Sin acomodarse aún en la silla de la oficina principal al nuevo titular le estalló su primer conflicto con las manifestaciones de transportistas con licencia federal que operan en los municipios turísticos del estado en protesta por la “cacería” de los inspectores de Sintra contra sus unidades. 

La demanda es añeja y contra la Sintra pesan un sinfín de quejas y denuncias de transportistas, tanto estatales y federales, por descarados actos de extorsión de los inspectores subordinados de Alejandro Ramos, e incluso han circulado videos que evidencian la forma gangsteril en que operan los “funcionarios” de la dependencia. 

Jorge Portilla nunca quiso tomar el toro por los cuernos y dejó que el director de Transporte hiciera y deshiciera a la medida de su gusto, lo que provocó severos escándalos, no solo por la corrupción, sino por el mal manejo que se le dio a los pleitos con plataformas como Uber y otros servicios. 

En contraparte, los sindicatos de taxistas fueron apapachados por Ramos Hernández, permitiéndoles realizar toda clase de desfiguros con el amparo de la Sintra creando un clima de inestabilidad en el estado. 

A William Conrado le corresponde ahora ponerle la correa a su conflictivo director de Transporte y ordenar el sector, ya que la amenaza de movimientos de protesta de grandes proporciones en vísperas de las campañas electorales está latente y el daño sería mayúsculo. 

Por lo pronto, en esta semana fue el blanco de un par de protestas por parte de los concesionarios de transporte federal y más vale que encuentre una salida política que deje satisfechas a las partes, pues otros podrían seguir el ejemplo de estos transportistas hartos del acoso gubernamental. 

Lo peor que puede hacer el titular de Sintra es imitar la política del avestruz que fue el sello de su antecesor, y enterrar la cabeza en la arena para hacer como que no ve y no oye nada.

¿Y la ley de movilidad?


Hablando de transporte, el diputado Fernando Zelaya Espinoza está empacando las maletas para abandonar el Congreso sin lograr aún la aprobación de la prometida Ley de Movilidad, que según él, era la panacea para este complejo tema.

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