“Reingeniería” en Sedesol

La guillotina sorprendió al centenar de trabajadores de reciente ingreso y hasta con 10 años de antigüedad.

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Encargada como Oficial Mayor en el gobierno de Roberto Borge de cortar cabezas de la modesta burocracia para consumar la odiada “reingeniería” –decisión cobrada con furia por los chetumaleños en los comicios mayores del cinco de junio de 2016–, apenas aterrizando como delegada de Desarrollo Social (Sedesol) la chetumaleña Rosario Ortiz Yeladaqui recetó el mismo purgante a 100 empleados bajo la modalidad de contrato, tan vulnerables y por ello desechables.

La guillotina sorprendió al centenar de trabajadores de reciente ingreso y hasta con 10 años de antigüedad, quienes no tenían acceso al Issste y que ganaban mensualmente entre 6  y 9 mil pesos; son personal operativo e incluso de intendencia con una gama de edades y ocupaciones, incluidos estudiantes de la zona maya, arquitectos y abogados, en su mayoría de Chetumal y Cancún.

Norma Elena Jiménez Oliva, coordinadora de Recursos Humanos, comenzó a entregar desde este lunes el oficio venenoso firmado por el Subdelegado de Administración, Luis Rey Chan Matos.

El documento precisa: “Hago de su conocimiento que la terminación de su contrato será el 31 de diciembre de 2017…” Después de hundir el estilete al trabajador, remata con una cortesía que sabe a burla cruel: “Sin otro particular, agradeciéndole su participación y apoyo a esta Secretaría, me es grato enviarle un cordial saludo”.

Una estudiante de la zona maya presumía que era el orgullo de su familia, y aunque su sueldo era modesto le permitía pagar sus estudios de ingeniería; al recibir el oficio fue invadida por el llanto delante de sus compañeros, muchos de ellos con el indeseable documento que contiene la sentencia de una amarga Navidad y peor inicio de año.

Molesta por el trato grosero que le dio la funcionaria chetumaleña Alex Cetina del Río –enlace de Oficialía Mayor–, una trabajadora de la oficina de Cancún le reprochó así por escrito: “no puedo dejar pasar en comentarte que la actitud con la que te presentaste ayer en las instalaciones no fue propia; te portaste prepotente y grosera y me sorprendió tu actitud; los que estuvimos presentes nos sentimos ofendidos, hostigados y minimizados”.

Sin tocarse el corazón, Rosario Ortiz Yeladaqui aplicó la “reingeniería” ordenada por el gobernador Roberto Borge a fines de 2013; el despido masivo de burócratas vulnerables fue al final del día una sentencia mortal para el PRI, desalojado por primera vez de la gubernatura y de la alcaldía chetumaleña.

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