Los candidatos y las redes

Nuestras seductoras plataformas de comunicación –con sus inevitables oleadas de distorsión informativa y marranadas.

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Nuestras seductoras plataformas de comunicación –con sus inevitables oleadas de distorsión informativa y marranadas– tendrán en la elección de 2018 un papel dominante que no debe ser minimizado por nuestros políticos, ya que las redes sociales muestran estados de ánimo de grandes núcleos poblacionales que a menudo salen a votar y que no son amaestrados con la playera y el billetito.

El político que comprenda el valor de las redes sociales contará con un aliado eficaz que puede hacer la diferencia en una elección cerradísima como la que se avecina en muchos frentes, entre ellos los 11 municipios donde presenciaremos encontronazos y duelos muy equilibrados que cuentan con la salsa habanera de la batalla por la Presidencia que saca de su guarida a un gran porcentaje de abstencionistas.

Saturar con propaganda hasta en el chilpachole es una maniobra insensata porque el feisbuquero, tuitero y whatsappero habitan en esta galaxia porque son rigurosos en la selección de sus contenidos irreverentes y aguerridos; ellos siempre imponen las condiciones y si algo les disgusta o aburre lo resuelven con un relampagueante teclazo.

Los políticos tienen que adaptarse presentando materiales cortos y fulminantes (textos, videos y fotografías), dejando en el museo las interminables cuartillas que no lee ni su equipo de campaña.

La guerra que se avecina será de figuras, no de partidos extraviados en la incongruencia por llevar como aliados a sus adversarios recientes o vecinos indeseables –como PAN y PRD y Morena y Encuentro Social–; el elector seguirá a los candidatos para recompensarlos o castigarlos en las urnas, independientemente de su nuevo atuendo; aquí destaca la pluripartidista Marybel Villegas Canché, decidida a implantar récord planetario por su impresionante facilidad para seducir y desechar partidos.

El chetumaleño quiere seguir los pasos de su alcalde Luis Torres Llanes porque en la capital la grilla se disfruta en cada cafetería y mercado, como en Felipe Carrillo Puerto, José María Morelos y Cozumel. Los partidos y coaliciones quedan en tercera fila porque gran parte de su militancia tiene consistencia de gelatina y sigue a sus figuras cuando abandonan el partido ingrato.

Nuestro 2018 tendrá una carga electoral muy intensa, y debemos exigir campañas de altura donde sean desechadas las agresiones y el juego sucio para que los electores puedan inclinarse por las mejores opciones para la Presidencia, el Senado, diputaciones federales y presidencias municipales, en el caso Quintana Roo.

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