La tajada de la Cojudeq

La Comisión para la Juventud y el Deporte en Quintana Roo (Cojudeq), dirigida por el cuestionado Antonio López Pinzón...

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La Comisión para la Juventud y el Deporte en Quintana Roo (Cojudeq), dirigida por el cuestionado Antonio López Pinzón –no ha dado una en sus primeros meses–, tiene un apetitoso presupuesto para aplicar en este 2017 de más de 222 millones de pesos, 60 millones más de lo que se asignó a esa dependencia el año pasado.

El abultado presupuesto es ocho veces superior al que recibe el Consejo Quintanarroense para la Ciencia y Tecnología (Coqcyt), y equivale al presupuesto conjunto de todas las universidades públicas locales con la excepción de la Universidad de Quintana Roo (UQRoo).

No hay nada de malo en asignar recursos suficientes para el fomento del deporte en la entidad, por el contrario, es una demanda permanente de la comunidad deportiva, pero será el titular de la Cojudeq, Antonio López Pinzón, el responsable de que esos recursos sean bien utilizados.

Porque el abandono de los atletas es un problema crónico en el estado. Nuestros deportistas frecuentemente son víctimas del burocratismo que impera en la administración del deporte, lo que ha obligado a muchos quintanarroenses destacados a buscar refugio en otras entidades donde sí les brindan el respaldo necesario para desarrollarse.

Las instalaciones deportivas de la Cojudeq están para llorar, y nadie sabe en que se han aplicado cientos y cientos de millones que cada año se entregan a la dependencia.

La dirección de la Cojudeq ha sido botín de verdaderos depredadores del erario en los últimos años, en los que fue dirigida por Normando Medina Castro, Martín Cobos Villalobos y el más voraz de los tres, Raúl Aguilar Laguardia. Ninguno entregó resultados para presumir pero se encargaron de derrochar el presupuesto a manos llenas, heredando incluso pesadas deudas al actual gobierno.

Antonio López tiene la responsabilidad de cambiar la dinámica en la Cojudeq para responder a las exigencias de los deportistas, pero hasta el momento ha mostrado poco interés en mejorar.

Los templos deportivos como el gimnasio Nohoch Sukún –cuya duela fue dañada porque el titular de la Cojudeq autorizó insensatamente una feria de la salud, expulsando a los basquetbolistas–, la fosa de clavados en la Uqroo y la propia unidad deportiva de la dependencia piden a gritos una manita de gato, pero López Pinzón prefiere repartir culpas en lugar de poner manos a la obra.

La Cojudeq no está para soportar otra mala dirección, sobre todo ahora que tiene un presupuesto que deja a Antonio López sin excusas para no cumplir.

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