La semana de Carlos Joaquín

Cuando el gobernador Carlos Joaquín González rinda su primer informe de labores...

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Cuando el gobernador Carlos Joaquín González rinda su primer informe de labores, este nueve de septiembre, el balance de su administración será el tema dominante en la agenda política y opinión pública, destacando el cuestionado desempeño del gabinete obligado a seguirle el ritmo a un mandatario que ha impulsado exitosamente un nuevo trato con su pueblo, en condiciones muy complicadas por la gravedad del daño causado por su antecesor Roberto Borge y secuaces.

Borge permanece atrapado en su infierno carcelario de Panamá, y sus cómplices están en la mira de la justicia en cámara lenta; fulminado el borgismo cuya simple mención provoca condenas multiplicadas en las redes sociales, Carlos Joaquín ha consolidado su plan de gobierno con la eliminación gradual del blindaje de impunidad que Roberto Borge dejó anclado, confiando en resistir los embates del nuevo gobierno que ha ido derribando ficha por ficha, con una calendarización inflexible.

La primera batalla –y la más importante– ocurrió en la arena legislativa, donde la coalición PAN-PRD se apoderó de la Presidencia de la Gran Comisión del Congreso, contando con el respaldo del solitario diputado de Nueva Alianza, Javier Padilla Balam, cuyo partido traicionó a la coalición PRI-Verde Ecologista.

Los desplomes del Fiscal General Carlos Arturo Alvarez Escalera y del Auditor Superior del Estado, Javier Félix Zetina González, antecedieron al derrumbe del Magistrado Presidente del Tribunal Superior de Justicia, Fidel Villanueva Rivero, descarado partidario de la candidatura del priista Mauricio Góngora Escalante a la gubernatura.

Las características del equipo del gobernador son novedosas porque es un mosaico de tendencias e intereses políticos obligados a la convivencia no siempre en armonía; algunos serán presionados por sus anémicos resultados, por lo que sus nombres serán exhibidos ante la opinión pública.

Carlos Joaquín ya pasó a la historia por haber sacado de la gubernatura a un gobierno priista que abusó del poder; ahora será evaluado rigurosamente en cada palmo de terreno: finanzas, educación, justicia, turismo, salud y obra pública, principalmente.

Ante el próximo informe, es saludable que los diputados del PAN y PRD no asuman el papel de aquellos priistas que aplaudían a rabiar a su gobernador; la crítica responsable es una exigencia de Quintana Roo ante el “gobierno del cambio” obligado a sepultar rituales del halago de almíbar.

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