Llegó la hora. Este sábado el gobernador Carlos Joaquín González tendrá todos los reflectores sobre él cuando salte a escena para rendir su Primer Informe, evento que a diferencia de años anteriores ha generado una enorme expectativa por tratarse de una figura política que rompió con el reinado del Tricolor en la entidad para abrir paso, casi a la fuerza, al primer gobierno de alternancia en Quintana Roo.

Esta expectación ha sido percibida con claridad por el mandatario, quien ha anticipado algunos puntos medulares sobre lo que será y lo que no será su informe gubernamental, con un formato novedoso porque por vez primera el mandatario estará presente cuando los diputados intervengan.

En recientes declaraciones, el gobernador aclaró que su informe no será una oda de autohalagos, por el contrario, afirmó que pondrá énfasis en lo que se hizo bien, sin dejar de lado lo que se ha hecho mal o lo que no se ha hecho en absoluto.

En palabras llanas, Carlos Joaquín dijo que dirá las cosas como son, pero más importante aún, se comprometió a señalar en su mensaje lo que se tiene que hacer para que las cosas que no marchen bien se puedan mejorar.

Por su parte, desde la Oficialía Mayor se ha advertido que será un informe austero, lejos de los eventos de derroche para exaltar la figura del mandatario que se acostumbraban en los gobiernos más recientes, lo que parece que va en serio, pues rompiendo con la tradición se ha cortado el financiamiento destinado para invitados especiales de otros estados que estaban acostumbrados a recibir sus boletos de avión y reservaciones en hoteles de lujo para su estadía, y que ahora andan perplejos al recibir una invitación simplona y nada más.

Y como novedad, Carlos Joaquín ordenó la organización de un segundo evento público en Cancún que se celebrará el martes 12 de septiembre, iniciativa que fue aplaudida por la sociedad del norte del estado, que concentra la mayor densidad poblacional.

Este sábado todos los ojos y oídos estarán puestos en el primer informe gubernamental, donde además de evaluar y contrastar las acciones que presumirá el mandatario, se espera que marque su estilo y lance algunos indicios que permitan vislumbrar el rumbo que tomará su administración arrancando el segundo año, ahora que, en sus propias palabras, el tiempo de los pretextos se ha acabado.