Graduación discriminatoria en Cozumel

La reciente graduación de alumnos del Colegio de Bachilleres en Cozumel fue un monumento a la discriminación, más insultante por nacer de un centro educativo ubicado en un destino turístico de clase mundial...

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La reciente graduación de alumnos del Colegio de Bachilleres en Cozumel fue un monumento a la discriminación, más insultante por nacer de un centro educativo ubicado en un destino turístico de clase mundial. Los padres de familia e hijos que no tuvieron dinero para pagar la cena –o que en todo caso prefirieron no hacer el gasto– fueron colocados del otro lado de una cerca de madera construida para la ocasión, apartándolos de los padres de familia bien cumplidores para quienes fue dedicado todo el show nocturno.

De inmediato reaccionó la Comisión de Derechos Humanos de Quintana Roo –presidida por Harley Sosa Guillén– y el caso llegará a los dominios del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), ya que estamos ante una infamia que mancha la imagen de ese colegio, incluyendo a sus directivos y a los padres de familia y alumnos que aceptaron el papel de humillar con saña y a la vista de todos, escena cotidiana en la hermosa cinta 12 años de esclavitud, premiada con el Oscar a la mejor película.

Apartados de la fiesta soñada en Cozumel, los padres marginados soportaron del otro lado de la cerca –por fortuna con sillas a su disposición– para presenciar la emotiva entrega de los diplomas, un evento que quedará grabado en la memoria de muchos por razones de otra naturaleza.

Los altos mandos en Bachilleres y en la Secretaría de Educación tendrán que reaccionar de inmediato, ya que este caso de discriminación tendrá el efecto de una avalancha en plena temporada de huracanes.

                                                 Un tren casi en marcha

El tren de la ley de protección de defensores de derechos humanos y periodistas de Quintana Roo casi está en marcha, y quienes prefieran abordar el ferrocarril del trayecto a la Ciudad de México están en su derecho. Pero no se vale que los inconformes se tiendan en las vías, exigiendo a gritos que todos abordemos su nada confiable tren federal.

Tenemos que ser demócratas en todas las circunstancias, respetando la voluntad de las mayorías que decidimos construir, conscientes de que estamos en plena temporada de huracanes sangrientos y nuevas amenazas en nuestros patios.

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