Hasta nunca, subsecretaría de cultura

La cultura es uno de los rubros más descuidados por el gobierno del estado y los ayuntamientos, a causa de la mala selección de burócratas...

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La cultura es uno de los rubros más descuidados por el gobierno del estado y los ayuntamientos, a causa de la mala selección de burócratas con graves limitaciones y nulo compromiso con el sector. La época de oro la tuvimos en el sexenio del gobernador Miguel Borge Martín (1987-1993), y la decadencia inició con Mario Villanueva Madrid hasta tocar fondo en estos días.

Miguel Borge se rodeó de expertos para impulsar el único proyecto cultural que ha disfrutado Quintana Roo; en esos años nuestro estado se desplazó en la cúspide, saludando una infraestructura y propuestas que hoy provocan nostalgia y rabia por su imperdonable abandono: Museo de la Cultura Maya, Casa Internacional del Escritor y Festival Internacional de Cultura del Caribe.

El Instituto Quintanarroense de la Cultura (IQC) fue un motor de creatividad y logros frecuentes, y ya estaba podrido cuando fue sepultado para posibilitar el nacimiento de la Secretaría de Cultura en la recta final del gobierno de Félix González Canto, rebajada a subsecretaría de Cultura dependiente de la Secretaría de Educación.

El ping pong de la cultura tendrá un episodio quizá definitivo con el renacimiento del IQC, a propuesta del gobernador Carlos Joaquín González. Su decisión es muy certera y coincide con la opinión de los expertos que tanto lamentan el estado lastimero de la instancia cultural.

Una gran noticia el resurgimiento del IQC, aunque debe ir de la mano con el planteamiento de una estrategia y una selección rigurosa de funcionarios capacitados para la misión, ya que perfiles como el de la perredista Jacqueline Estrada Peña atentan contra los elevados objetivos convocados por Quintana Roo, un estado que reclama calidad excepcional en todas sus instituciones culturales.

Los talentos de la cultura están disponibles y sedientos de participar para aportar todas sus destrezas, dando respiración boca a boca a infraestructura y propuestas tan enormes que están en la lona, como nuestro Festival de Cultura que quedó convertido en feria polvorienta.

Quintana Roo ya no está para ocurrencias y caprichos tan dañinos, y le urge un IQC altamente capacitado que no sea refugio de burócratas ineptos y tremendamente incultos que también parasitan direcciones de cultura municipales, como en nuestra capital.

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