A 15 años del paso de Wilma: el huracán que borró del mapa a Cancún
Cancunenses recuerdan los días de angustia que dejó el paso del huracán más devastador de su historia.
El pasado 7 de octubre los vecinos salieron desde temprano a hacer el recuento de los daños, tras el paso del huracán Delta por las costas del norte de Quintana Roo: “con Wilma estuvo mucho peor”, fue la frase más repetida por cualquier calle que se transitara, en medio de decenas de árboles derribados por el viento.
“Con Wilma el agua subió como un metro y se metió hasta la casa, ahorita fue poquito gracias a Dios”, contaba a manera de consuelo y aún entre el viento, una residente de Puerto Juárez.
Huracán Wilma: 15 años después
Un día como hoy pero de 2005, Wilma arribó como huracán categoría 5 al Caribe mexicano y permaneció durante 72 horas con lluvias torrenciales y vientos de hasta 295 kilómetros por hora. El saldo: cinco pérdidas humanas y daños en infraestructura valuados en 67.5 millones de dólares.
“No recordaba el terror de escuchar el viento de un huracán, ese sonido que te estremece porque no sabes lo que va a pasar”, comentó Mariana, quien reside desde hace 17 años en Cancún.
Mariana se quedó sin trabajo por siete meses tras el paso del huracán Wilma en el 2005, pues el hotel donde laboraba tuvo severos daños estructurales que lo obligaron a bajar sus cortinas por más de medio año.
Tras una pandemia que colapsó la ocupación hotelera en Cancún y, por tanto, la fuente de trabajo de más de 100 mil personas que dependen directamente del turismo, la ansiedad de quedarse otra vez sin trabajo le invadió.
“A las 3:00 de la mañana me despertó el ruido del viento, me recordó a Wilma, solo estaba esperando que se rompieran las ventanas, como aquella vez. Ya había atado las puertas de los closets con unas ligas para el pelo, cubrí todo con bolsas, tenía ya lista la mochila con cosas, con lo que le dicen a uno que guarde. Nada más nos encomendamos a Dios y gracias a él todo salió bien, nada más el miedo de acordarse uno”, contó en entrevista.
Wilma: un antes y un después para Cancún
Hace 15 años, el 19 de octubre, Novedades de Quintana Roo publicó en su portada “Peligro máximo”, ante la inminente llegada del fenómeno meteorológico que marcaría un antes y un después en Cancún.
A 48 horas de que Wilma tocara tierra ya se reportaban lluvias intensas en la Península y graves daños en las islas del Caribe. Se ordenó evacuar a toda la población de Isla Mujeres, Holbox, Isla Contoy y la Costa Maya. El entonces gobernador Félix Gonzalez anunciaba la declaratoria de alerta roja para todo el estado, aunque el mayor riesgo era para la zona norte.
El Ejército se instaló con anticipación e implementó formalmente el Plan DN-III, para atender la emergencia que se venía. También arribaron 80 elementos de la Cruz Roja Mexicana para apoyar a la delegación Quintana Roo.
Tras días de lluvias y vientos llegaron los saqueos
Otro de los rituales previos al arribo del huracán fue el de las compras de pánico. A horas contadas del arribo de Wilma, los anaqueles de productos enlatados, agua potable y pan de caja quedaron vacíos. Lo mismo en las estaciones gasolineras.
“28 horas de furia”, reportó Novedades en su primera plana el 21 de octubre de 2005, aunque todavía no terminaba. El aeropuerto ya se encontraba cerrado, vuelos cancelados y la ciudad bajo el agua.
Al 23 de octubre, después de tres días de lluvias torrenciales, Cancún se encontraba destruido. 50 mil turistas atrapados en el destino, cuyos hoteles estaban inoperables. Ni los mejores hoteles habían conseguido resistir los embates del Wilma. La mayoría de las playas del litoral de Quintana Roo desaparecieron por el avance de la marea.
Robos, saqueos, explosiones por fugas de gas y descargas eléctricas fueron parte de las noticias en los días posteriores.
Catalogado como el huracán más intenso jamás registrado en el Atlántico, Wilma también dejó pérdidas ambientales que a la fecha se siguen recuperando.
Patricia Santos, una de las biólogas más reconocidas a nivel internacional por su trabajo en la recuperación de manglares, contó que la cobertura vegetal que había en Cancún tuvo un impacto fulminante: prácticamente no quedaron árboles de pie.
Wilma no dejó ningún árbol en pie en Cancún
Los manglares del Sistema Laguna Nichupté se quedaron sin hojas, lo que provocó su muerte posterior, añade la especialista.
La rehabilitación de las pérdidas naturales demoró más que la de la infraestructura hotelera, que en ese mismo año se puso en marcha un programa para su recuperación.
El huracán afectó casi cada centímetro cuadrado de Playa del Carmen, Cancún, Cozumel e Islas Mujeres, pues el 98 por ciento de la infraestructura turística resultó dañada.
Alrededor de 120 mil personas perdieron su empleo y el regreso del turismo era una tarea urgente para todos los actores: trabajadores, empresarios y autoridades.
Para enero de 2006 el Gobierno de México realizó una inversión de 217 millones de pesos para la restauración de playas devastadas.
En esa fecha, el entonces secretario de Turismo federal Rodolfo Elizondo anunció que los hoteles comenzarían a operar por completo en mayo del 2006.
La recuperación de la infraestructura turística y comercial de Cancún y la Riviera Maya se extendió cuando menos dos años, aunque fue rápida si se considera el tamaño de la catástrofe. Sin embargo, la población local aún recuerda los miedos y traumas de uno de los capítulos más difíciles en la historia del Caribe Mexicano.