Julián Miranda/SIPSE

COZUMEL, Q.Roo.- A las 11:13 horas del sábado Leobardo Morales se sumergió en el arrecife de “Palancar”, al sur de la isla de Cozumel en el estado de Quintana Roo. Leo, como le dicen cariñosamente sus amigos, impuso el record mundial y Guinness en buceo profundo con mezcla de ganes realizado por una persona con capacidades diferentes.

 

La meta eran 120 metros de profundidad. Tras cuatro meses de preparación el buzo que hace cuatro años perdió la pierna derecha a causa de un tumor cancerígeno en el fémur, rompió su propia meta al imponer la marca de 125 metros de profundidad. “Capacidad sobre discapacidad, vida sobre muerte”, así calificó Leobardo su proeza.

 

Al término del evento deportivo reconoció que su logro es un incentivo para las personas de capacidades diferentes que pueden lograr sus metas.

 

Cerca de las 8:30 horas del sábado un grupo de 50 personas se dio cita en el muelle de pasajeros San Miguel, para embarcarse en Yates y lanchas para navegar hasta el arrecife Paraíso, ubicado 18 kilómetros del centro de la ciudad.

 

Leo junto con su equipo de 15 buzos de seguridad se transportaron en la embarcación “Esfuerzo” a las 9:30 horas.  

 

El trayecto hasta el punto de inmersión duró dos horas y a lo largo de la travesía, Leo estaba pensativo y realizaba apuntes en una hoja de papel. Pasajeros de las otras embarcaciones portaban carteles y lo animaban para seguir adelante.

 

A las 11 de la mañana llegaron al punto establecido para efectuar la actividad. El grupo de seguridad y el buzo sostuvieron una breve reunión para afinar los detalles, finalmente orar a favor de la actividad.

 

Cuarenta minutos después llegó el momento de la inmersión y Leobardo  se colocó el equipo de buceo, junto con seis tanques de mezclas de gases que le permitiría llegar hasta los 120 metros.

 

Al sumergirse al mar Caribe los asistentes lo ovacionaron y animaron para que logre su meta.

 

El buzo Saúl Martínez Ramírez, representante de la empresa “vamosabucear.com”, reconoció el reto que enfrentó Leo y dijo que “es equiparable con volar con una sola ala” (sic), en referencia a su discapacidad física.

 

El tiempo estimado para imponer el record mundial era de siete minutos para llegar a 120 metros de profundidad y dos horas para emerger a la superficie.

 

Este tiempo era necesario para realizar paradas de descompresión que le permitiera a su organismo adaptarse a la mezcla de gases.

 

A las 13:30 horas emergieron las boyas y señales de los buzos de seguridad que acompañaban a Leo Morales, lo que representaba que estaban a aproximadamente 10 metros de la superficie. 10 minutos después Leo Morales salió a la superficie alzó las manos en señal de triunfo.

 

Los asistentes gritaban “si se pudo, si se pudo” al conocer que había alcanzado la marca de 125 metros de profundidad. El evento que fue avalado por el notario público, Ricardo Lizama. 

 

Uno de los momentos más emotivos fue cuando su esposa, Lorena Loria, al verlo flotando se lanzó al mar desde una embarcación y nadó hasta donde se encontraba Leo para felicitarlo y darle un beso.

 

Posteriormente abordaron las embarcaciones y se trasladaron hasta el muelle de pasajeros San Miguel.

 

Al arribar al atracadero lo esperaba un grupo de personas para felicitarlo y declaró que el reto que superó fue una meta personal y ahora participará con organizaciones civiles para ayudar a personas con capacidades diferentes. 

 

Durante el descenso llegó a pensar que no podría llegar a la marca establecida. Dijo que continuará promoviendo a Cozumel como la capital del buceo.

 

Hoy domingo a las 18 horas en el Museo de la Isla, Leo Morales impartirá una conferencia sobre la vivencia.