Aumentan los ataques de perros callejeros en Quintana Roo
De acuerdo con las estadísticas oficiales, son 209 hombres y 189 mujeres los que resultaron con heridas, derivado de los colmillos del animal.
Las cifras que reveló el sector Salud en el país, precisan que hubo más ataques de perros en estos tres primeros meses del presente año en Quintana Roo, toda vez que se atendieron a más personas que habían sido mordidas por estos animales.
Las cifras que dio a conocer el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave) detallan que 398 personas recibieron atención médica debido a una mordida de perro, contra las 345 atenciones que se dieron en el mismo período del año pasado.
Se trata de un incremento del 15.36% en el número de casos en los que se vio envuelto un can callejero y una persona que caminaba en la vía pública, causando herida en el pie, tobillo o pierna, principalmente.
De acuerdo con las estadísticas oficiales, son 209 hombres y 189 mujeres los que resultaron con heridas, derivado de los colmillos del animal, por lo que tuvieron que acudir a algún hospital público de la entidad para que se haga la curación de las heridas.
En lo que respecta a las cifras en la Península, Yucatán tuvo las más altas cifras, con un total de 722 casos; mientras que Campeche apenas obtuvo 264. A nivel nacional se han presentado 26 mil 392.
Guía para la atención médica y antirrábica
De acuerdo con el Centro Nacional de Programas Preventivos y de Control de Enfermedades (Cenaprece), se tiene la Guía para la atención médica y antirrábica de la persona expuesta al virus de la rabia.
En esta Guía se puntualiza que es un hecho importante en la historia de la salud pública el haberse eliminado los casos de rabia humana transmitida por el perro, lo que refleja un éxito de los trabajadores de la Secretaría de Salud en el país.
“Tiene como objetivo orientar al personal responsable de brindar la atención médica y antirrábica de forma sistematizada a toda persona que acude a la unidad de salud a denunciar y solicitar esa atención por haber sido agredida o bien estuvo en contacto con un animal sospechoso de padecer rabia, para que le sea proporcionada de forma sistematizada, asegurando con ello que disminuya el riesgo de enfermarse”, de acuerdo con la información de la Guía.