El mundo fantástico de AMLO
El presidente aseguró que a mediados de este año el país habrá recuperado lo perdido durante la pandemia...
Desde la Ex-Capilla de la Emperatriz, localizada en Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador ofreció, el lunes de la semana pasada, el primer informe trimestral de su tercer año de Gobierno, en donde reiteró que se respetarán los contratos petroleros con las empresas, aunque no se darán nuevas concesiones.
Asimismo, el mandatario lanzó un reconocimiento a las Fuerzas Armadas; además de que recalcó que se ha controlado la inflación, no se ha devaluado el peso, no ha habido nuevos impuestos y no ha aumentado el precio de las gasolinas. Lo que dejó en claro el presidente, es que vive en mundo paralelo totalmente alejado de la realidad nacional.
Su visión de la economía del país es totalmente diferente a lo que puede apreciarse en función de los datos duros que el INEGI, el Coneval y hasta la Secretaría de Hacienda informan. Solo por citar dos ejemplos, el presidente López Obrador habló de la abundante obra pública que, a su juicio, construye su gobierno.
Nos hizo pensar en el México de mediados del siglo pasado, en el que se edificaba buena parte de la infraestructura material del país. Sin embargo, de acuerdo con las cifras del INEGI, durante los primeros dos años del gobierno de AMLO la inversión pública retrocedió 21.9% en términos reales. Y esta grave caída se sumó al estancamiento del sexenio pasado, cuando la inversión pública creció apenas a una tasa de 0.8% al año. Para los primeros dos meses de este año, Hacienda informó que la inversión física del sector público federal decreció en 17.1%, continuando con la tendencia descrita antes.
El otro caso fue el de los programas sociales, que también en su opinión llegan a la mayoría de los hogares mexicanos. Las cifras del Censo de 2020 reportaron que 25% de los hogares del país reportan que al menos uno de sus integrantes recibe ingresos monetarios provenientes de los programas del gobierno federal. Por simple aritmética, quiere decir que 75% de los hogares mexicanos no reportó recibir ingresos monetarios provenientes de los programas del gobierno. Este dato hay que sumarlo a las cifras de Coneval, que reportó un incremento de la pobreza laboral en 2020, de 37.3 a 40.7%.
El presidente aseguró en su informe que tiene la convicción de que, a mediados de este año, el país habrá recuperado lo perdido durante la pandemia. ¿Cómo, cómo? Pues, aun si suponemos que el PIB va a crecer 5% en este año, al término de 2021 todavía estaremos por abajo en 4% respecto al nivel que teníamos al cierre de 2019. Esto no es un asunto de opiniones, queda claro que no hay manera de que recuperemos lo perdido por la pandemia a mediados del año.
Es entendible que el presidente López Obrador quiera apuntalar su narrativa de que estamos dejando ya los malos tiempos que la pandemia trajo consigo. Creo que nadie podía esperar que tuviera un tono autocrítico en este informe. Lo que sorprendió de la alocución de ayer fueron dos cosas: la apología que hizo del papel de las Fuerzas Armadas y sus referencias a la historia.
En el primer caso, como pocas veces, pintó un cuadro en el que se pudo constatar la omnipresencia del Ejército y la Marina. No solo haciendo funciones de vigilancia sino de ingenieros, constructores, administradores, aduaneros, y hasta enfermeros. La única referencia a funcionarios públicos en su informe correspondió a los secretarios de Defensa y Marina, a quienes agradeció su apoyo.
El otro tema, singular para un informe, fueron las diversas referencias a los aniversarios que se celebran en este año: la fundación de Tenochtitlan, su caída, y la consumación de la Independencia (ya se imaginarán a sugerencia de quién… Gutiérrez Müller).
El presidente tiene otros datos. Ya lo sabemos. Nos lo reitera frecuentemente. Pero, como en pocas ocasiones nos dejó ver su universo de una manera clara. Es importante entender cómo piensa y visualiza la realidad quien toma las decisiones que más afectan la vida del país, este presidente al remitirnos a una realidad paralela está llevando a México a la ruina económica, sanitaria y social.