El sector empresarial, autoridades municipales y estatales iniciaron mesas de trabajo para poner fin a las amenazas y agresiones de los taxistas contra los autobuses de transporte público y garantizar la seguridad de choferes y pasajeros.

Julio Villarreal Zapata, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), aseguró que uno de los principales planteamientos de la iniciativa privada al Instituto de Movilidad de Quintana Roo (Imoveqroo) y al Ayuntamiento de Benito Juárez es el de regularizar las rutas y poner en orden al transporte público.

Dijo que el sector restaurantero es uno de los más afectados por esta problemática, ya que los colaboradores salen después de las 22:00 horas y no pueden llegar a su casa.

“El tema de tener voluntad para arreglar el problema existe; sin embargo, es necesario un trabajo no solo a corto, sino a largo plazo, para abordar no solo esta cuestión de que los autobuses  puedan operar, es que también es necesario poner orden. Estamos confiados en que se encontrará una pronta solución”, explicó.

Recordó que ya hay operativos por parte de la Secretaría de Seguridad Pública tanto municipal como estatal en los paraderos, a fin de lograr que los pasajeros puedan abordar el transporte de manera segura, aunque reconoció que la problemática va más allá de esto.

Explicó que aunque el mayor punto de conflicto estaba en el paradero de Plaza las Américas, la situación creció a otros puntos, afectando hasta avenida Kabah, que es donde muchos colaboradores también toman su transporte para llegar hacia sus hogares.

Dicha situación de acoso de taxistas hacia los operadores de autobuses también fue reportada por las empresas de transporte público, quienes ven la situación con alerta, pues ya se han registrado hasta amenazas con pistola y aunque se han interpuesto las denuncias correspondientes no hay mayor avance.

Para el líder de los restauranteros esta situación está afectando no sólo a los choferes y trabajadores de manera directa, pues ahora también repercute en los centros de trabajo, pues hay colaboradores que no quieren seguir laborando en los restaurantes en el horario nocturno, lo que podría incrementar el déficit que tienen de personal.