Verónica Fajardo/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Alejandro P. renunció a su trabajo en una tienda de conveniencia porque en tres ocasiones fue víctima de atracos, en el tercero existió más agresión, los delincuentes rompieron los cristales de la tienda con hachas y machetes destruyeron la tienda, no sólo se llevaron el dinero sino también productos, e intentaron golpearlo.

Pese a que llamó al 911 y accionó el botón de emergencia, la Policía Municipal llegó una hora después; diariamente en las más de 300 sucursales ocurren de 15 a 25 asaltos.

La primera vez que vivió un asalto, los delincuentes entraron con pasamontañas, los amenazaron con un cuchillo, amagaron a todos, también al personal de seguridad privada. Alejandro se resistió,  lo lastimaron y golpearon en la sien, “me dejaron el ojo morado y la compañera que estaba en caja, cooperó con darles el dinero porque si no también la iban a lastimar”.

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La segunda ocasión atendía la barra de comida, y cuando llegaron los delincuentes, sus compañeros tranquilamente les dieron el dinero de la caja, pero cada hora los empleados deben hacer los cortes de caja de mil pesos que le llaman “tirar a tómbola”, si el empleado no lo hace y se da el robo, le descuentan de su salario.

“La tercera ocasión fue más violento, los hechos se dieron en una tienda de la Región 227, en esa zona no hay luz pública sobre la avenida, estaba encerrado bajo llave y los delincuentes con hachas y machetes rompieron los vidrios para entrar a robar, yo me encerré en la bodega pero el asaltante intentó abrir la puerta para golpearme, se veían drogados, apreté el botón de seguridad pero las autoridades llegaron hasta una hora después”, comentó.

Alejandro P. fue intervenido en una cirugía en el estómago, con la impresión sufrió un desgarre interno, el doctor le recomendó que buscara un empleo con menos riesgos de sufrir violencia, porque a lo largo quedan secuelas psicológicas y siempre es un riesgo un trabajo en donde sufres más de tres asaltos.

Inseguridad provoca deserción 

La inseguridad ha provocado la deserción de personal, porque no desean laborar en las noches, los que se animan les pagan hasta horas extras, pero la empresa que maneja estas tiendas no tiene el interés de proteger a los empleados contra los ataques, “es lamentable porque los salarios y las prestaciones de ley no son malos”.

Alejandro resaltó que en años anteriores la policía municipal realizaba recorridos por estos establecimientos, dos veces en el transcurso de la madrugada y dejaban un reporte de su asistencia, pero ya no lo hacen desde hace más de un año, ahora sólo llegan una hora después del asalto, toman el reporte y se van.

La empresa que maneja estas franquicias, tiene un área de cámaras de vigilancia, pero también ya están saturadas porque sufren de 15 a 25 atracos diariamente; Alejandro termina diciendo que “no es posible que las autoridades y la empresa no frenen estos atracos y no se preocupen por la seguridad del personal”.