Los pescadores de las posiciones que estarán en juego en la batalla de 2018 han saltado al ruedo y sus nombres han sido mencionados con mayor insistencia en los partidos más llamativos, aunque algunos son promotores de candidaturas. No es cosa menor el menú de posiciones que combina platillos federales –dos senadurías de fórmula y una para el partido o coalición con medalla de plata– con las 11 presidencias municipales.

El exgobernador chetumaleño Joaquín Hendricks Díaz (PRI) ha aparecido con mayor frecuencia en la capital, decidido a impulsar la candidatura de su hija Leslie Hendricks Rubio a la alcaldía de Cancún pero sin perder de vista la selva con su paquete de opciones; es de dominio público su excelente relación con el rector de la Universidad de Quintana Roo (Uqroo), Angel Rivero Palomo.

Concentrada la jauría en el reciente gobernador Roberto Borge Angulo y con rachas que han impactado en el ex gobernador y senador priista Félix González Canto, Hendricks aprovecha la ocasión para desplazarse con agenda y proyecto, decidido a reorganizar su pequeño ejército en este escenario de oportunidades.

En otro frente del priismo sobresale la exdiputada local María Hadad Castillo, con todo el potencial para ser candidata a la alcaldía capitalina; una de sus fortalezas es su inexistente nexo con Roberto Borge, pero ante todo destaca por sus convicciones y poder de convocatoria, más valiosos para el priismo en estos tiempos tan adversos.

El PRI lanzará a una dama para la alcaldía chetumaleña, y el camino puede estar más despejado para María Hadad, directora del DIF Estatal en tiempos de Joaquín Hendricks.

En la sierra morena el intachable exalcalde chetumaleño Hernán Pastrana Pastrana recibió este domingo una importante encomienda para construir por el bien del partido en el municipio capitalino y se perfila como carta finalista; el caballero de la política participa con entusiasmo en el partido cobrizo que abrió las puertas a la cancunense Marybel Villegas Canché; bien dicen que no hay partido que se le resista a la ex delegada de la Sedesol.

Los nombres de pescadores de posiciones –para ellos o para sus hijos– fluyen más visibles y hasta con descaro en estos días, mientras los partidos se encierran en su caparazón de autoritarismo para decidir quiénes saltan al cuadrilátero.