Cancelar el desfile laboral, un error

El desfile del primero de mayo es termómetro ideal para medir el grado de aceptación o irritación de los trabajadores

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El desfile del primero de mayo es termómetro ideal para medir el grado de aceptación o irritación de los trabajadores; la prueba de fuego es obligada, pero por miedo justificadísimo fue eludida por el gobernador Roberto Borge en el declive de su mandato. Pesaron mucho la despiadada reingeniería y la manifestación de trabajadores de la educación en 2013, cuando evitaron que el gobernador priista acudiera al Congreso del Estado a entregar su segundo informe, incómoda tarea encomendada a Gabriel Mendicuti Loría como Secretario de Gobierno.

Este primero de mayo podríamos medir el grado de aprobación o rechazo del gobierno del cambio encabezado por el gobernador Carlos Joaquín González, muy fortalecido en su imagen a diferencia de gran parte de sus colaboradores que no se conecta con la población, atizando la animadversión de quienes han sido despojados de sus fuentes de empleo.

Como partidos triunfantes, PAN y PRD tenían la mesa servida para resucitar el desfile del primero de mayo, dando una bofetada al villano priista comandado por el gobernador Roberto Borge, despreciado con mayor vigor en la capital del estado que había sido tan permisiva con los “robolucionarios institucionales”, perdonando y olvidado agresiones cada vez más ponzoñosas.

Como Secretario de Gobierno, el no panista Francisco López Mena tuvo una lectura errónea del escenario porque el gobierno del cambio tiene que demostrar el cambio, y este no se demuestra preservando una cancelación del desfile motivada en su momento por el miedo a la voz de los trabajadores tan lastimados.

Es grave la cancelación del desfile a las primeras de cambio en el gobierno del cambio porque la costumbre del desayuno “en petit comité” se tendrá que prolongar a lo largo de esta administración, privado al gobierno del estado y municipio capitalino de un indicador que puede ser aplicado sin anestesia para medir el grado de acidez o alcalinidad de la clase trabajadora, identificando zonas irritadas para aplicarles la pomada de la campana.

El estado de ánimo fresco del trabajador y ex empleado chetumaleño es la mejor encuesta con sus riesgos previsibles que se desactivan con buena política.

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