Una noche mágica vivieron los seguidores del ex vocalista de Pandx, José Madero, quien se presentó la noche del viernes en la ciudad de Cancún para regalar a su público cerca de tres horas de música sin pausa.

A pesar de que la cita con el cantante era a las 9 de la noche, los fanáticos llegaron al auditorio de la Huayacán cuatro o cinco horas antes para poder estar en primera fila y cantar a todo pulmón los más de 30 éxitos que Madero tenía planeados.

Luego de cinco años de ausencia, José Madero arrancó el recital en punto de las 9:40 de la noche y con éxitos como Discordia, con el que inició el concierto, Final Ruin, Violencia, Petit Mort y Padre Nuestro, agradeció su regreso a esta tierra sin decir una sola palabra.

Teniendo como fondo una selección de videos e imágenes digitales extraídas de sus libros, de sus creaciones artísticas y paisajes que simulaban el cielo estrellado o de un azul inmenso, José Madero siguió con temas como Feliz Cumpleaños, Sistema Sanguíneo, Invócame, MCMLXXX y Mercedes, para luego tomar una pausa de breves minutos.

La noche continuó eufórica, más de 700 almas corearon cada uno de los temas con pasión y entrega, gritando y mostrando pancartas de amor y admiración al cantante, un joven ondeaba orgulloso la bandera de Chile, misma que terminó en las manos de Madero.

Una canción antes de finalizar el concierto, cerca de la una de la madrugada, José Madero se dio un momento para, ahora sí, dirigir unas palabras a sus fanáticos.

“Buenas noches amigos, gracias por presentarse aquí con nosotros, por cantar, por brindar. Hace poco más de cinco años que tocamos aquí había unas cuatro personas, pero ahora sí disfrutamos, estuvimos en la playa, en la alberca, fue un placer venir otra vez, mañana termina en Mérida la gira Canciones Míseras, porque inmediato empezamos la gira Giallo Fantastique y el nuevo álbum sale ya el 26 de mayo, gracias por haber venido”.

Con Aflicción y Puerto Partida culminó el concierto y para cerrar con broche de oro, cada uno de sus músicos regalaron baquetas, plumillas, playeras y hasta la hoja de canciones que estaba pegada en los monitores, con lo que Madero regaló una noche redonda a los cancunenses.