Teresa Pérez/SIPSE
CANCÚN, Q.Roo.- Por lo menos el 60% de jóvenes entre 15 y 29 años que tiene una vida sexual activa abusa del uso de la pastilla del “Día después”, dijo Antonieta Durán Flores, ginecobstetra de la Secretaría de Salud. Este método anticonceptivo de emergencia puede ser utilizado hasta 72 horas después de una relación sexual sin protección, sin embargo señaló que su alta dosis de hormonas puede ocasionar alteraciones si se usa de manera indiscriminada.

En Quintana Roo hay un promedio de 221 mil 490 jóvenes en el rango de 15 a 29 años. Para Durán Flores es importante que esta población tome conciencia de que no sólo es evitar el embarazo, sino que extremen precauciones por las infecciones venéreas que puedan adquirir por no tener una actividad sexual responsable.

Dicha pastilla contiene dosis elevadas de progesterona que es lo que evita un posible embarazo, por ello las jóvenes ven un método fácil y la consumen hasta sin medida pues está al alcance del público en general, pero se debe tomar en cuenta que dicho anticonceptivo tiene 20 veces más de hormonas que un anticonceptivo diario, expresó.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el uso de esta pastilla como máximo dos veces al año, sin embargo en México las jóvenes la utilizan por lo menos más de tres veces al mes.

Para Durán Flores la opción de la pastilla “D” debería usarse sólo en caso de que otro método anticonceptivo haya fallado o en caso de que se tenga actividad sexual en días de mayor fecundación, pero las jóvenes la utilizan de manera excesiva y esto puede producir efectos colaterales.

“He tenido pacientes que cada semana consumen por lo menos una pastilla y lo que se están ocasionando es trastornos de infertilidad, aumento de peso, irritabilidad, abundante sangrado, cambios emocionales y culpa”.

Para la terapeuta Claudia Almaraz Chávez la solución a los embarazos de las adolescentes y jóvenes no es tomar una pastilla del “Día después”, sino una educación afectivo sexual bajo la guía de los padres y la información que puedan tener en sus centros escolares con la ayuda de los docentes, quienes deberán comprometerse a informar a los jóvenes de los riesgos y consecuencias que puede traer una vida sexual no responsable.