La definición de las candidaturas en la coalición “Por Quintana Roo al Frente” se ha complicado a grado tal que algunos de los aspirantes a las alcaldías de la entidad parecen haber iniciado el “camino de no retorno”, concentrados más en desbarrancar los acuerdos que en asegurar sus propios espacios; pero la complicación está tan sólo en uno de los partidos que la integra, el de la Revolución Democrática (PRD).

El ejemplo más representativo de esta situación es la alcaldía de Benito Juárez, que alberga a Cancún, el centro turístico más importante de México y que aglutina dos terceras partes de la población estatal, ahí el diputado con licencia, Emiliano Ramos Hernández, se ha empeñado en alcanzar la candidatura, a riesgo de generar rupturas con el Partido Acción Nacional (PAN) y Movimiento Ciudadano (MC), que ya aceptaron –aun de manera extraoficial– la postulación de José Luis “Chanito” Toledo Medina.

Al interior de la coalición se ha señalado que Chanito, también diputado federal con licencia, tiene mayores posibilidades de triunfo, recalcando que, aunque versiones en redes sociales insisten en ligarlo al ex gobernador preso, Roberto Borge Angulo, su vinculación fue siempre política, como la tuvieron más de la mitad de los que ahora aspiran a un cargo de elección popular en 2018, pero nunca económica.

El mismo Chanito Toledo ha recalcado que “tuvimos el vínculo político en su momento, pero nunca fuimos cómplices del saqueo económico”, pero además la posibilidad misma de alcanzar la postulación por Benito Juárez obedece a la capacidad propia de construir un gobierno de coalición que contemple la diversidad de actores políticos, cuestión que no ocurre en el caso de Ramos Hernández, quien no tiene siquiera todos los apoyos al interior del Sol Azteca, partido en el que milita.

Sin embargo, y aunque el anuncio de las candidaturas debió realizarse desde el 04 de febrero, este domingo se determinó postergarlo una semana más, es decir, que será hasta el 18 de este mes cuando se conozca a los abanderados definitivos. Una máxima política indica que “el poder no se comparte, se arrebata” y en esos “arrebatos” hay quien sabe puede perder todo, pero parece no importar, en aras de imponer su voluntad; ante ello, corresponderá entonces a los decisores nacionales optar por la mejor opción, por lo cual parece que Ramos Hernández ya perdió.

Pero si de “arrebatos” se trata, en otros municipios el perredismo anda en similares circunstancias, baste mencionar el encontronazo que ocasionara la aspirante a la candidatura por Bacalar, Nelia Uc Sosa, que sin ser invitada a un evento con el aspirante al Senado, Julian Ricalde Magaña, quien departía con otra de las precandidatas, Tania Casamadrid, se presentó y hasta tomó la palabra, cuestión que le fue recriminada en privado. Otro caso desesperado por aferrarse a la candidatura que parece también está perdida. Uc Sosa y Ramos Hernández han entrado en la ruta en que generan más rupturas que alianzas, y eso será el factor de su derrota; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra.