Ni el apoyo para el sargazo ni concordia
El presidente Andrés Manuel López Obrador, en su segunda gira por Quintana Roo...
El presidente Andrés Manuel López Obrador, en su segunda gira por Quintana Roo, destacó la vocación democrática del gobernador Carlos Joaquín González, aplaudió los que considera avances en materia de inseguridad y pidió a la futura legislatura local no actuar con venganzas políticas; hasta ahí, en el discurso, todo bien; pero de los problemas reales no dio respuesta, minimizó el problema del sargazo y prometió raquíticos recursos para su combate, nada dijo de la recuperación de playas o los puentes sobre la Laguna Nichupté. Discurso puro y nada duro.
El escribiente lo señaló antes del evento, que ojalá no fuera de relumbrón, pero mire nada más; se difundieron fotografías en las que el presidente aparece junto al mandatario local, la senadora Maribel Villegas Canché y la alcaldesa de Solidaridad, Laura Beristáin Navarrete, las dos últimas aparentemente mantienen pugnas políticas abiertas con el gobernador y, se supone que ahí López Obrador pidió que terminaran las peleas y que trabajaran juntos, pero apenas abandonó la entidad el Ejecutivo federal, la solidarense no se presentó a una reunión interinstitucional de combate al sargazo, ¿quién le hace caso al presidente entonces?
Con lo anterior como antecedente ¿los nuevos legisladores harán caso de no cobrar venganzas políticas?
Y aunque el mismo gobernador destacó que en Quintana Roo se vive una buena relación con la Federación y que nada ni nadie lo impediría, esa buena interacción fue insuficiente para evitar que el mandatario federal dejara veladas acusaciones de negocios turbios en lo local en el combate al sargazo y que los recursos prometidos alcanzaran tan sólo 52 millones de pesos, cuando el gobierno estatal y los ayuntamientos han aportado ya en 2019 y se dispone de 190 millones. De nuevo, pues muy bueno el discurso, mucha fotografía “de cachetito”, diría la compañera periodista María Cristina de la Cruz, pero al final el mismo abandono.
Tanta es la desazón, que ahora la XV Legislatura local enviará al gobierno federal una solicitud para que reconsidere atender en serio el combate al sargazo –digo, porque buena relación hay ¿o no?-; el presidente López Obrador reconoció por lo menos que los apagones de luz eléctrica en la Península de Yucatán sí se deben al desabasto de gas natural (problema tantas veces negado) y prometió construir un gasoducto desde Tuxpan, Veracruz, hasta esta región –sí, nuevas promesas- y recordó que con el Tren Maya habrá una inversión futura de 40 mil millones de pesos –a comer futuro-… ah y que Chetumal, la capital, tendrá un régimen especial como el norte de la República para 2020, ese al que el mandatario insiste en llamar “zona libre” aunque no sea tal… en suma, promesa y discurso, un guiño de apoyo moral al gobierno local y nada más; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.