Las morenas deformaciones

No es que aun sorprenda que un político aprovecha el cargo para beneficiar...

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No es que aun sorprenda que un político aprovecha el cargo para beneficiar a sus allegados y familiares, no es que eso vaya en detrimento de las buenas intenciones que pueda tener el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, sino que todos sus colaboradores, “súper delegados” nombrados por el mandatario en las entidades, diputados, senadores y presidentes municipales de Morena llevan como lema –de campaña y de desempeño en la administración pública- el “no mentir, no robar y no traicionar”; bueno, pues en Quintana Roo, algunos de ellos están haciendo exactamente lo contrario.

En Othón P. Blanco, municipio capitalino, el alcalde Otoniel Segovia Martínez, tiene como primer regidor a su yerno, José Luis Murrieta Bautista, pero además existe el llamado “Clan Cruz Martínez”, que son básicamente una decena de familiares incrustados en la administración pública municipal que sin rubor alguno, en abierto conflicto de intereses y hasta con casos de nepotismo, desempeñan diversos cargos, además con resultados cuestionables, pues casi a un año de asumir funciones, más allá de que cobran su quincena puntualmente, no se les conoce labor alguna.

Pero si en los municipios ocurre eso, lo más preocupante es lo que acontece con el mismo delegado de Programas Federales en la entidad, o “súper delegado”, Arturo Abreu Marín, quien a mediados de mayo pasado declaró que los que eran delegados aún tenían que dejar sus cargos para finales de ese mes y así ocurrió; aseguró que ya había enviado una lista de propuestos para sustituirlos y que a principios de julio habría nuevos funcionarios federales; sin embargo, a mediados de junio anunció que la lista en cuestión le fue rechazada, en consecuencia, se buscaría impulsar para las representaciones federales a otras personas.

¡Y oh sorpresa! Uno de los nombramientos que sí le aceptaron a don Arturo es el de su sobrino Armando Chávez Ayala, hijo del hermana de Lourdes Ayala Menéndez, su esposa; es decir, no es familiar lejano o político, hay línea consanguínea; aun así, Chávez Ayala es desde el primero de junio es el titular de la Oficina de Representación de la Coordinación Nacional Prospera en Quintana Roo (aunque el programa haya desaparecido y esté en vías de crearse su sustituto). ¿Y entonces en dónde quedó la ordenanza presidencial de no beneficiar a familiares, a allegados, de acabar con la corrupción, el “no mentir, no robar, no traicionar”?

Muchas explicaciones tendrá que dar el funcionario federal, nombrado directamente por el presidente de la República, además de solventar la irregularidad administrativa; pero sobre todo a sus compañeros de partido, a sus colegas, al presidente, a quienes se esfuerzan por seguir los preceptos, los objetivos y demostrar que este puede, quiere y será un gobierno diferente, el gobierno de la Cuarta Transformación Republicana; y apenas comienza, ¿qué pensarán los diputados federales? ¿los senadores? así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.

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