¿Quién gana con el PRI?
Por alguna razón mal entendida, corre la versión de que el triunfo del Partido Revolucionario...
Por alguna razón mal entendida, corre la versión de que el triunfo del Partido Revolucionario Institucional (PRI), al hacerse de una diputación más en el Congreso de Quintana Roo, representa una pérdida de hegemonía partidista para Morena, nada más alejado de la realidad. El tricolor ha sido y será experto en negociaciones y sabe aprovechar las coyunturas…”servir a las mayorías” le llaman ellos. Lo mejor para ellos es que han revivido en un entorno en el que se les consideraba más que muertos y por la misma mano que los mató en 2016.
Por increíble que parezca Morena en el estado está dudando si impugna la determinación del Tribunal Electoral de Quintana Roo (Teqroo), ante la Sala Regional Xalapa del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Tepjf), pues hay quien asegura que con los del tricolor pueden aliarse de manera estratégica, como ya lo han hecho a nivel federal en temas de seguridad y modificaciones normativas de la administración pública, y como al PRI le urge resurgir y recobrar espacios, las alianzas pueden ser de mediano plazo, a diferencia de los del Partido Acción Nacional (PAN), que insisten en hacer la guerra al presidente Andrés Manuel López Obrador, o los del Partido Verde Ecologista (PVE), que son sus cercanos actuales, pero al menor “cambio de viento” no dudan en vender su lealtad a alguien más.
Lo irónico, señalan, es que es el PAN quien puso al futuro aliado de Morena en esa posición privilegiada, pues es de recordar que fue el albiazul quien demandó la utilización del criterio –anacrónico según algunos expertos- de “proporcionalidad pura” e insistieron en que los “morenos” están sobre representados. Así, si el Tepjf determina que la diputación en disputa se queda en el tricolor, el PAN habrá revivido a su enemigo histórico, pues tiene la esperanza de lograr acuerdos parciales, lo mismo que Morena.
Luego entonces, quien más gana es el PRI, de ambos lados, si Carlos Hernández Blanco, Manuel Díaz Carvajal y Judith Rodríguez, como legisladores y la dirigencia de ese partido son lo suficientemente hábiles, tienen una base importante para remontar como partido y clase política. Irónico, hace unos tres años todos daban por muerto al partido, incluyendo sus “resucitadores.”
Entonces ¿quién gana con el PRI? Todos, menos el PVE que lo traicionó por ir en pos del amor “moreno” y además ahora fue expulsado de la Junta de Coordinación Política en el Congreso quintanarroense. Todos, menos el Partido del Trabajo (PT), ese apéndice que ya se veía con las manos en las arcas del Congreso –aunque “beneficios” sí tendrá por mantenerse con Morena-; todos, menos Encuentro Social Quintana Roo (PESQRoo), que tuvo por unas semanas una diputación obtenida sin mérito alguno, aunque podrá mantener el registro como partido; todos, incluso José Luis “Chanito” Toledo Medina, el solitario representante de Movimiento Ciudadano, que junto con José Luis Guillén López, de Movimiento Auténtico Social (MAS), podrán ser los “diputados bisagra” que obtengan mucho a cambio de su voto.
¿Y en dónde quedan los anhelos ciudadanos de democracia, la esperanza de mejores gobiernos, la urgencia de tener nuevas generaciones de políticos con perfiles profesionales? ¿de qué sirve la modernización normativa si los políticos que participan son los mismos?¿cómo es que el PAN revivió a su acérrimo enemigo, en aras de intentar fortalecerse parcialmente, aun sabiendo que el tricolor los apoyará sólo por momentos, y por otros a Morena? ¿Aun con ese panorama, Morena irá a los tribunales federales? Todas las preguntas tienen la misma respuesta: Primero el poder, luego cumplir promesas. Lamentable, pero real; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.