Oskar Mijangos/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- La raza de un perro puede inspirar temor o ternura, sin embargo, aunque los Pitbull o los Rottweiler son señalados como canes peligrosos, el nivel de agresividad depende de los dueños, no de la casta.

Filiberto Magaña Narváez, entrenador de perros con estudios en psicología animal, indicó que la raza no es un factor que incremente o disminuya el nivel de agresividad en un can.

Señaló que los perros no son completamente agresivos ni amigables, sino que dependen de su entorno, cualquier canino, bajo las condiciones adecuadas, puede volverse agresivo.

Wendy Tun Solís, agente de viajes, es dueña de un Boxer, a pesar del aspecto intimidante de esta raza, su carácter, según ella, es dócil y amigable. En la cuadra los niños son los que más saludan a “Tango”, su fiel mascota, dice que no es agresivo al menos que alguien tome una actitud que la amenace a ella o a uno de sus familiares, pues su perro tiene identificadas a todas sus amistades, afirmó.

Magaña Narváez dijo que existen tres situaciones donde un perro puede demostrar su grado de docilidad o agresividad: con miembros de la familia, con personas desconocidas dentro de la casa y con personas desconocidas fuera de la casa.

Por lo general, los animales reaccionan con docilidad en dos de estos tres escenarios, siendo sólo en uno, y dependiendo del ambiente, que se tornen agresivos. El comportamiento agresivo es desarrollado según el entrenamiento que reciban los perros, es decir, los canes no tienen la culpa, sino los dueños, sentenció el experto.