Lista ya la delegación de Quintana Roo para participar en la feria turística más grande e importante a nivel mundial: La Feria Internacional de Turismo (Fitur) que cada año se celebra en Madrid, España, con la asistencia de miles de empresarios dedicados a esta actividad alrededor del orbe y con los cuales se espera llegar a importantes negociaciones para generar más riqueza y empleo en la entidad turística por excelencia de México.

Y más allá de lo nutrida que se encuentra la delegación quintanarroense, es preciso mencionar que en esta ocasión, los asistentes no van de vacaciones –como en otros momentos lo hicieron gobiernos que ya no es preciso ni citarlos-.

Encabezados por la gobernadora Mara Lezama, en la capital española se encuentran –entre otros- presidentes municipales que coinciden en algo: Realmente quieren el lugar que representan y aprovecharán la ocasión para atraer más visitantes y así generar una mejor calidad de vida a su población.

Nos referimos a alcaldes como Ana Patricia Peralta, quizá la presidenta más cancunense de la historia; Lili Campos de Solidaridad; a la orgullosa isleña, Atenea Gómez, y aunque en esta ocasión no pudo asistir por cuestiones de salud, pero que envió a sus colaboradores con instrucciones precisas, el presidente de Tulum, Marciano Dzul.

Todos ellos representan una garantía de trabajo y esfuerzo a favor de la demarcación que representan, empezando por la gobernadora Mara Lezama.

Sin embargo, atraer más turismo, elevar las tarifas y promocionar las bellezas del estado no resultan suficientes.

Es hora de voltear a ver y favorecer al principal activo turístico del estado: Sus trabajadores, reconocidos éstos por la calidad y la calidez con que atienden a los millones de visitantes que arriban al estado cada año y que, gracias a ellos, Quintana Roo se ha convertido en un destino turístico repetitivo, la gente vuelve por el trato recibido.

Es hora también de reconocer su esfuerzo y aceptar que gracias a ellos el turismo de Quintana Roo existe, es una realidad y crece año con año.

Y sobre todo, es hora de que la frase “el éxito turístico debe reflejarse en las familias, en los bolsillos de los trabajadores”, deje de ser sólo una premisa trillada, utilizada por los candidatos en tiempos electorales para conseguir adeptos.

La vista fija, la intención primordial de este tipo de eventos mundiales debe ser el de favorecer a la población y no a unos cuantos como los hoteles, los restaurantes, y demás empresas dedicadas al turismo, que si bien es cierto que generan empleo, basta recordar que durante todo el año pasado operaron con un déficit del 20 por ciento de personal, lo que representa a todas luces, que la gente ya no quiere trabajar con esas empresas explotadoras.

Es justo ahora cuando las autoridades deben revertir este mal que enferma a todo el estado y que sin duda provoca un abanico de problemas sociales.

Quintana Roo y el turismo es de su gente, del trabajador.

Pensar lo contrario convierte a este tipo de esfuerzos, en el que se invierten millones de pesos, en un simple caldo gordo para los hoteleros.