Laguna de Bacalar: piden dejar de romantizar a los estromatolitos
Investigadora considera que los estromatolitos son importantes, pero los mitos a su alrededor impiden atender los problemas de la laguna.
La Laguna de Bacalar tiene problemáticas realmente urgentes como la contaminación, la deforestación y la urgencia de dar adecuado mantenimiento al ecosistema; sin embargo, estos “se pierden” ante la “romantización” de los estromatolitos.
La investigadora María Luisa Villarreal Sonora, consideró urgente que se tome en su justa dimensión la importancia de los estromatolitos que se han formado en la Laguna de Bacalar, a fin de que la laguna reciba atención adecuada a sus problemáticas.
Dijo que esas estructuras formadas por comunidades microbianas, han capturado la imaginación de científicos, ambientalistas y curiosos por igual. Su presencia en la Laguna se ha convertido en símbolo de la riqueza natural y un punto de referencia para discursos conservacionistas.
“Sin embargo, junto con la admiración, han surgido también mitos que distorsionan su verdadera naturaleza y las dinámicas que los rodean”,
explicó.
Consideró que comprender su papel dentro del ecosistema permite adoptar estrategias de manejo y conservación basadas en el conocimiento científico y el saber local, en lugar de narrativas alarmistas que muchas veces responden a intereses ajenos a la comunidad.
Es necesario darles la importancia a los estromatolitos, sin caer en mitos
La desmitificación no pretende restarles importancia, sino devolverles su lugar como componentes valiosos de un ecosistema complejo, sin caer en fetichismos ni exageraciones, abundó la autora del libro “En Defensa de la Laguna de Bacalar” y asesora ambiental de ejidos como Aarón Merino Fernández.
Señaló que este tipo de estructuras han existido en todo el mundo desde hace más de 3,500 millones de años. Han jugado un papel crucial en la formación de suelo (convierten cuerpos de agua en pantanos) al capturar carbono y otros compuestos y transformarlos en sustrato, por lo que están convirtiendo partes de la laguna en pantanos, en la generación del oxígeno y en alimento para moluscos - como las chivitas -y otros animales.
Subrayó que se les ha presentado como estructuras “únicas en el mundo”, “amenazadas de extinción” y en necesidad urgente de protección mediante decretos legales como áreas naturales protegidas o hábitats críticos, lo cual es cuestionable, pues la narrativa de su “fragilidad extrema” ha sido construida sin un análisis integral del ecosistema.
“Es común encontrar discursos que casi santifican a los estromatolitos, presentándolos como milagros geológicos que requieren devoción y veneración. Sin embargo, desde una perspectiva geológica, los estromatolitos son piedras, son productos de procesos naturales, complejos, pero nada sobrenaturales”,
dijo.
Consideró que es fundamental recuperar el rigor científico en el debate sobre los estromatolitos. Esto implica revisar la literatura existente, cuestionar las afirmaciones catastrofistas y entender los estromatolitos en su contexto geológico, regional e histórico.
La sobreespecialización de algunos investigadores ha llevado a una visión limitada y parcial, enfocada exclusivamente en aspectos microbianos sin considerar las dinámicas ecosistémicas más amplias, destacó.
Juan Manuel Herrera, ejidatario de Aarón Merino Fernández y antiguo habitante de Bacalar, consideró necesario que se tomen en cuenta todas las voces, sobre todo de gente especialista como la investigadora, para que se le brinde mantenimiento a la laguna, con el visto bueno de las autoridades como la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
(Con información de Javier Ortiz)