Las tribus globales, nuevo segmento del turismo post Covid

Ya se habían mostrado en plena pandemia, la política pro turismo de auto regulación de desplazamientos...

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Ya se habían mostrado en plena pandemia, la política pro turismo de auto regulación de desplazamientos y fronteras abiertas, las ofertas de sobrevivencia de muchos establecimientos de alojamiento y del resto de la industria turística, la activación del trabajo en casa (home office), más los atractivos, conectividad y otras condiciones del mercado turístico, hicieron que se potenciará en el Caribe mexicano una nueva modalidad de turismo: las tribus globales; que en lugar de recluirse a realizar el trabajo en casa, buscaron hacerlo en entornos más placenteros.

El grueso de este segmento estaba conformado por “millenials” que le daban una vuelta al “bleasure”, segmento que mezcla viajes de negocios y placer (por sus siglas en inglés), aunque también otros segmentos que hacían turismo residencial en el Caribe mexicano, quienes optaron por pasar en sus segundas residencias esta coyuntura. 

Ahora, en plena etapa post Covid, Estados Unidos y Alemania lideran la normalización del trabajo en casa. En la nueva normalidad, Alemania, una sociedad que ya desde antes de la pandemia tenía en la agenda pública el derecho al trabajo en casa, es de las primeras en las que se tienen datos sobre el tema, el 24.3% de alemanes trabaja desde casa, según un estudio reciente dado a conocer por la Deustche Welle (DW).

Esto ha generado un turismo de tribus globales, que tiene diferentes manifestaciones en todo el globo. En Europa ha hecho que aparezca el turismo energético que potencia destinos como Canarias, España, al ser más barato para los alemanes el pasar el otoño e invierno en una renta vacacional o en sus segundas residencias, por el costo más bajo de los energéticos y de vida en los destinos turísticos, disfrutando de un clima más benigno.

En México, destino principal de Estados Unidos para turismo, tanto de escapadas de fin de semana como de larga estancia, también se refleja este fenómeno creciente. Siendo los casos más mediáticos el de las colonias Roma y La Condesa, en la Ciudad de México, que están experimentando las consecuencias ya conocidas de la gentrificación turística: inflación en restauración y alojamiento turístico y residencial, desplazamiento de locales y cambio en el sentimiento de residentes (turismofobia /overtourism). En los destinos de la frontera norte, la península de Baja California y otros, tierra dentro, como San Miguel de Allende, Chapala y en los destinos de costa, también se ha resentido este aumento del turismo residencial con componentes más jóvenes. Sin embargo, su experiencia y carácter turístico les hace absorberlos sin mayor conflicto de momento.

El Caribe mexicano no es la excepción, estudios realizados en años anteriores por el Cuerpo Académico de Turismo y Sustentabilidad (CATS) de la Universidad del Caribe, han evidenciado que segmentos invisibilizados como las Visitas de Familiares y Amigos (VFA), las plataformas de alojamiento tipo Airbnb y el turismo residencial tienen magnitudes considerables, que no se perciben dado el tamaño de los destinos masivos de la región. Por ello, la adecuada regulación de las viviendas dedicadas a ofrecer alojamiento tanto a residentes como a turistas es una medida postergada, de urgente abordaje, que debería de ayudar a evitar futuros problemas y conflictos en una sociedad que nació, vive y vivirá del turismo.

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