Lecciones de Franklin
La tersa visita de la tormenta tropical Franklin debe ser revisada como un ensayo muy valioso para...
La tersa visita de la tormenta tropical Franklin debe ser revisada como un ensayo muy valioso para sacar lecciones en plena temporada de huracanes; positivo que hayan sido expuestas las vulnerabilidades en protección civil para apretar tuercas en un tema muy delicado que no puede ser lanzado a las aguas de la improvisación.
En varios episodios han sido expuestos los flancos de polvorón en protección civil, cuando nuestros gobernadores han recibido notas sobresalientes, mediocres y reprobatorias. Las tormentas tropicales y huracanes han sido enfrentados con la guardia en alto o baja, con efectos que permanecen anclados en la memoria de muchos quintanarroenses.
Con Franklin se demostró la ineludible necesidad de mantener la coordinación institucional, evitando improvisaciones y saltos al vacío que generen incertidumbre e información contradictoria, tomando en cuenta el explosivo crecimiento poblacional de nuestro estado y la llegada de migrantes procedentes de otras entidades donde los huracanes son engendros tan temibles como desconocidos.
Por ello es vital la campaña informativa en todos los espacios, comenzando por el Sistema Quintanarroense de Comunicación Social (SCQS) que a menudo ha tenido notas aprobatorias como canal histórico de información oficial.
La temporada de huracanes es un desafío permanente y por ello la tormenta tropical Franklin fue un rival menor que nos visitó en el momento preciso, obligando a las direcciones de Protección Civil a revisar su desempeño con enfoque autocrítico, desechando la cómoda autocomplacencia porque en cada etapa hay notas deficientes por la novatez de ciertos mandos que no han recibido su bautizo de agua y viento.
El tema de los albergues y refugios anticiclónicos es básico y responsabilidad inmediata del área de Protección Civil que sigue extrañando al Mayor José Nemesio Medina Robledo, un experto que transmitió mares de confianza en su posición, tanto que desde su intempestiva renuncia dejó vacante el timón.
Las lecciones de Franklin son lo más valioso en estos días de tensión, justificable porque el caribeño ha soportado los embates de la naturaleza, a veces con heridas que para los ancianos permanecen abiertas en definitiva por el azote del huracán Janet que destruyó a gran parte de Chetumal a fines de septiembre de 1955, cuando Quintana Roo era Territorio tan mal gobernado por Margarito Ramírez.