Casi cuatro décadas tuvieron que pasar para que los ex refugiados de Guatemala vieran concretarse su sueño: ser dueños de las tierras en las que habitan desde que llegaron huyendo de la guerra civil.

Este fin de semana, las primeras 18 familias recibieron contratos de donación del programa de titulación de lotes y parcelas de la comunidad de Maya Balam, asentada en el municipio de Bacalar, que se fundó hace 38 años.

De esta manera, se concreta la regularización de terrenos que les fueron otorgados por parte del Gobierno de Quintana Roo, así como de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) y del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Diego Ramos, miembro del comité de tierras de la comunidad de Maya Balam, resaltó que se trata de un día histórico para más de 300 familias que habitan en la región.

“Esta es la primera vez que se recibe un verdadero apoyo al pueblo de Maya Balam”, destacó.

José Alberto Alonso Ovando, titular de la Agencia de Proyectos Estratégicos (Agepro), reconoció que se trata de una añeja demanda y finalmente se abate la deuda histórica.

“Nos da gusto de que se pueda llegar a feliz término en beneficio de todas estas familias”, expresó el durante la entrega de los documentos de los predios que además de Maya Balam, abarcará también Kuchumatán y San Isidro la Laguna.

Los beneficiarios del programa son familias descendientes de ex refugiados guatemaltecos, muchas de ellas llegaron a México hace décadas y han formado parte del municipio de Bacalar.

La guerra civil en Guatemala

Entre 1960 y 1996, Guatemala registró una guerra civil que obligó a miles de familias a salir de ese país y buscar refugio en otras naciones, entre ellas México.

Uno de los estados que entraron al programa de reubicación, de quienes huían para sobrevivir al conflicto, fue Quintana Roo que donó tierras para los asentamientos, aunque es hasta ahora que se concreta la escrituración de los lotes a favor de las familias.