Redacción/SIPSE
CHETUMAL.-  Dicen que las almas de nuestros seres queridos nos cuidan desde el más allá y este es el caso de Pamela.

Pamela tenía 13 años cuando su papá murió en un extraño accidente en una misión militar, ella y su dos hermanos quedaron a cargo de su madre quien se esforzaba muchísimo para poder sacarlos adelante.

Ellos tenían la costumbre de preparar un altar para su padre junto al de la virgen de Guadalupe para el mes de noviembre en honor al día de muertos.

Una noche ya con la mesa llena de alimentos y bebidas, se fueron a dormir justo a la medianoche, cuando escucharon unos fuertes golpes, alguien tocaba la puerta, los hermanos se pararon asustados y miraron por la ventana pero no había nadie afuera.

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Pesaron que podría ser algún borracho que pasaba por ahí y se confundió de vivienda por lo cual decidieron irse a dormir de nuevo y enseguida entraron a sus cuartos los golpes volvieron a escucharse.

Esta vez el hermano mayor de Pamela abrió la puerta de un jalón para darse de cuenta que no había nadie, al día siguiente un poco desconcertado siguieron con sus labores, al llegar la noche mientras ellos se encontraban platicando en el cuarto de su mamá se escucharon ruidos como de pisadas, parecían ser una botas por lo que decidieron ignorarlo.

Pamela se fue a su habitación que estaba pegada a la cocina y a la puerta del patio de servicio, sus hermanos dormían en la habitación de enfrente y su madre a un lado de ella, esa noche un hombre se había metido a la casa sigilosamente por la parte de atrás y esperó a que todos estuvieran dormidos para poder entrar al cuarto de la Pamela.

El hombre abrió lentamente la puerta y vio a Pamela dormida, pretendía hacer de las suyas, sin embargo sus hermanos aún seguían despiertos y se levantaron de golpe al escuchar los gritos de horror de un hombre, rápidamente salieron a ver de donde provenía el sonido, su hermana estaba en la esquina de la cama y el hombre se encontraba cerca del clóset, orinado y con una cara de susto que los aterrorizó.

Inmediatamente hablaron a la policía, quienes entraron a sacar al hombre del cuarto pues este no se podía mover y gritaba que nunca más regresaría a esa casa.

La familia le preguntó a la policía que les había dicho el hombre, y los oficiales les contaron que cuando el sujeto se acercó a su hermana un hombre en la esquina del cuarto vestido de militar con botas y una boina salió y con una voz de ultratumba le gritó: ¡aléjate de mi hija y lárgate de aquí o me llevaré tu alma conmigo!

Ellos están seguros que su padre siempre los ha cuidado y esa noche él salvó a su hermana de ese maleante.