Licitaciones en el desierto

La Oficialía Mayor de Gobierno y su titular, Manuel Alamilla Ceballos, están en el ojo del huracán por la sospecha...

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La Oficialía Mayor de Gobierno y su titular, Manuel Alamilla Ceballos, están en el ojo del huracán por la sospecha de manejos amañados en las licitaciones para compras millonarias de materiales, uniformes e insumos, que están siendo revisados con lupa tras el escándalo de la licitación de más de 104 millones de pesos entregada a una comercializadora de Puebla, en detrimento de las empresas locales.

Este fin de semana el reportero de Novedades Chetumal, Ángel Castilla, entrevistó al funcionario por otra espinosa licitación para la compra de mochilas escolares por un monto superior a los 50 millones de pesos, que fue declarada desierta después de que hubiera un solo interesado, el Grupo Papelero Gutiérrez, de Yucatán, quien a decir de los encargados de las adquisiciones no cumplió con lo solicitado en la convocatoria.

Manuel Alamilla declaró que ante la premura por la cercanía del inicio del ciclo escolar, la dependencia está buscando a un proveedor que pueda cumplir con la entrega a tiempo para darle la adjudicación directa del contrato, tema que de inmediato hizo saltar el “sospechosismo”.

Y es que en una revisión ligera en la página electrónica de la Oficialía Mayor, se deja ver que un alto porcentaje de las licitaciones son declaradas “desiertas”, dando la posibilidad a la dependencia de realizar la compra directamente con la empresa que se desee.

En lo que va del año, más de una decena de licitaciones han quedado en este desierto de opacidad a pesar de que existen empresas locales interesadas en proveer el servicio, y al no existir un fallo, nadie sabe quienes se quedan con los jugosos contratos de compra.

Esto deja en entredicho la cacareada transparencia de la dependencia, ya que tantas licitaciones desiertas hacen pensar que estos procesos son mera simulación para cumplir ante la sociedad, porque al final de cuentas la compra se hace por dedazo del Oficial Mayor.

No se vale, sobre todo cuando hay un compromiso con los empresarios del sur de estimular la economía de la región, hundida en una crisis severa desde el 2013, y cuando el propio Alamilla Ceballos ha presumido que el 70 por ciento de las compras se realizan con proveedores locales, lo que al parecer está lejos de la realidad.

Porque si bien es cierto que la mayoría de contratos caen en manos de negocios locales, estos son por cifras menores, mientras que las compras por decenas o cientos de millones de pesos se quedan, por lo común, en garras de empresas foráneas.

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