Llegada a Cancún

Hoy se cumplen 22 años de haber llegado a Cancún y no tengo que decir más que gracias.

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Después de la devaluación de diciembre de 1994 se nos acabó el que hacer. Ya había logrado salir de la Ciudad de México desde 1988, pero seguía dependiendo de la gran ciudad y solo dormía yo en Toluca, pero esta vez la oportunidad de la crisis me ofrecía el separarme definitivamente del centro de la República y así lo hicimos.

Sin trabajo y prácticamente sin conocer a nadie decidimos quemar las naves y venir a este paradisiaco lugar. Anécdotas muchas, experiencias sinfín, descalabros todos, regadas muchas, éxitos y bendiciones al por mayor, cómplices en demasía, travesuras, aventuras, descalabros, desilusiones, alegrías y todo lo que alguien debería tener en 22 años.

Mis hijos llegaron de 3 años y 5 meses, respectivamente, ahora prácticamente Diana con 25 y Mario con 22 años han pasado toda su vida aquí y como bien dice mi hijo Mario, no podrían haber vivido mejor en otro lugar.

¿Quién ha podido en toda su vida ver nacer a tortugas en su hábitat natural? ¿Quién puede pasar cangrejos de la laguna al mar las noches de luna llena de septiembre y octubre? ¿Quién puede resolver y acomodar sus ideas con solo ir a la playa? Lugar paradisiaco por todo y en común con todos los que llegamos aquí, es que venimos para mejorar.

Cancún no es fácil, se requiere de un temple especial y diferente para resolver las adversidades y aguantar los catorrazos que esta tierra te da para templarte o ponerte a prueba para que sepas de qué estás hecho o bien para que te eduques en algo en lo que necesitabas instrucción.

Si pasas las pruebas te quedarás porque esta tierra te ha aceptado y por ende tienes que destacar. Muchos llegan y pocos se quedan al final. Me tocó la fortuna de formar varias cosas, ser punta de lanza para otras y me falta mucho por hacer por la cultura y seguiré compitiendo por el premio a la Terquenacidad como dice mi entrañable amigo Fernando Domínguez, eso ha sido el destino aquí.

No cabrían aquí los nombres de todos a los que tengo que agradecer, pero ellos saben quienes son. Gracias Cancún, gracias Quintana Roo. Hasta la próxima semana.

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