Los agridulces 43 de Quintana Roo

El contraste entre las celebraciones festivas llenas de discursos triunfalistas recitados con motivo del...

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El contraste entre las celebraciones festivas llenas de discursos triunfalistas recitados con motivo del aniversario 43 de la conversión de Quintana Roo de territorio federal a Estado y la realidad social que se vive en la entidad más joven de la república es notorio y agridulce, pues mientras que no se puede negar que en la actualidad nuestro estado es el principal atractivo turístico de México, también es cierto que los problemas que laceran a los quintanarroenses son muchos y muy acentuados.

Más allá de los números alegres que colocan con justo merecimiento a Quintana Roo en la cima de las entidades generadoras de empleo y una de las que más ingresos de divisas produce en México, a sus más de cuatro décadas de su creación como Estado atraviesa por una ola creciente de inseguridad, alimentada por el crimen organizado que ha crecido sin freno de la mano con la explosión turística y demográfica.

La aplastante deuda pública, rezagos en educación, el subempleo, los problemas de vivienda, la pobreza, los suicidios y la atención en los servicios más básicos de la población son también enormes baches sociales que se han profundizado con el pasar de los años sin que, hasta el momento, gobierno alguno los haya atendido con eficacia.

A 43 años de distancia es importante hacer un balance no sólo de los logros, sino también de las asignaturas pendientes de este estado que a pesar de tener un alma joven, lo aquejan los mismos achaques de las entidades más longevas de la nación.

Y el mejor balance de las dificultades que enfrenta nuestro estado, lo realizó el propio gobernador Carlos Joaquín González, quien evitó en su discurso subirse a la ola del triunfalismo banal y presentó una radiografía de los males que necesitan ser atendidos.

"Lo más urgente es el restablecimiento de la seguridad pública, la disminución de la desigualdad social, el abatimiento de la impunidad y la corrupción y el mantenimiento del crecimiento económico, regional y sustentable", expresó el mandatario en la parte medular de su mensaje.

Carlos Joaquín habló fuerte, demostrando que no está divorciado con el sentir de la sociedad y que tiene el pulso de los problemas que aquejan a la entidad, que no son pocos ni son fáciles de enfrentar.

"Nos falta mucho por hacer, pero seguimos avanzando. Reconstruir un estado quebrado financieramente, destruido institucionalmente y entregado a la avaricia del poder no se puede hacer de un día para otro", dijo.

Y continuó: "Estoy convencido que hay una sola manera de hacer política, que es trabajar, trabajar y trabajar. Que hay una sola manera de celebrar el aniversario de nuestro estado, que es trabajando y trabajando. Que hay un futuro al que vale la pena apostar y tenemos claro que el objetivo es consolidar el modelo de desarrollo incluyente que queremos para Quintana Roo, porque el desafío es posible".

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