Los retos de la Fiscal

Con el voto unánime de 19 de los 25 diputados locales que asistieron a la sesión de ayer...

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Con el voto unánime de 19 de los 25 diputados locales que asistieron a la sesión de ayer, la abogada Rosaura Antonina Villanueva Arzápalo fue designada como la primera Fiscal Especial para el Combate a la Corrupción en Quintana Roo, después de una semana intensa de cabildeos y negociaciones entre los legisladores y la Fiscalía General, que desde el principio tuvo “mano” para colocar a uno de sus miembros al frente.

El proceso de designación del Fiscal Anticorrupción, que es una de las figuras base sobre las que se sostiene el recién nacido Sistema Estatal Anticorrupción, no estuvo exento de cuestionamientos por parte de agrupaciones de abogados que no vieron con buenos ojos la forma en que se manejó la decisión de la terna final por parte del Fiscal General del Estado, Miguel Ángel Pech Cen, quien colocó en su lista de candidatos a la vicefiscal Rosaura Villanueva Arzápalo, que partió con la etiqueta de favorita desde ese momento.

Aunque no fue inesperado, su nombramiento generó algo de ruido por el hecho de que los dos aspirantes que quedaron en el camino, los abogados Raúl Ojeda González y Joanna María Guadalupe Gutiérrez Martínez, tenían un perfil más ciudadano, requisito que si bien no era indispensable, por lo menos si era deseable para darle credibilidad a una Fiscalía que estará bajo la mira del ojo público desde el primer día.

Así las cosas, la nueva Fiscal Anticorrupción no debe perder el tiempo en festejos por este triunfo político, porque además de la tarea titánica de combatir el cáncer de la corrupción que se ha extendido en la administración gubernamental a lo largo de varios sexenios y que llegó a niveles de delincuencia organizada con Roberto Borge Angulo, tendrá que poner un doble empeño para legitimarse en el cargo.

Y es que su currículum tiene una espantosa equis que embarra su trayectoria, pues fue suspendida por un mes de sus funciones como jueza precisamente por sospechas de actos de corrupción.

La única manera que tendrá la Fiscal Especial de callar bocas, es dando resultados concretos, tangibles y rápidos, en el combate a la corrupción, y demostrando una verdadera autonomía e independencia del poder gubernamental, y más aún, de su “padrino” Miguel Ángel Pech.

Por lo pronto, la Fiscalía Anticorrupción nace en medio de la incertidumbre, con muchas dudas sobre el proceso en el que se vieron dados cargados desde el principio, y con todo por demostrar.

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