Será que AMLO lo hace bien? Será?...

Dios sabe que no es santo de mi devoción; la verdad no. Mi historia personal...

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Dios sabe que no es santo de mi devoción; la verdad no. Mi historia personal de haber huido de un país destruido por los populistas me tiene sumergido en el sesgo y en la desconfianza más perfecta de todo lo que suene a ultraizquierda. Ahora bien, la lucha contra el huachicol es uno de los avances más desafiantes que he visto a un estatus quo tan dañino a la nación. El esquema tiene que ser mucho mayor, el plan de obtención de recursos por la delincuencia organizada debe ser la punta del iceberg de todo un enramado de desvío y lavado de recursos con los fines más disímiles.

Partidas enteras presupuestales ocultas para objetivos políticos, inversiones a gran escala y vínculos internaciones de una red perfeccionada en decenios de impunidad para desangrar una empresa como una sanguijuela enorme, pero en la espalda, a oscuras.

Ya empiezan a salir los reportes de desvío de crudo en plataformas, esto sólo es posible si se cuenta con los contactos para exportarlo a gran escala: barcos, bombas, ductos, permisos de navegación, pedimentos, letras de pago, transferencias y logística a todos los niveles. Un mecanismo que ya había dejado de operar con sutileza, miles de involucrados e igual número de dudas. Los recursos obtenidos por el huachicol de cárteles es una cortina de humo del verdadero plan al fondo, no es posible suponer que no había responsables de esto en las más altas esferas.

De nuevo me asalta la incertidumbre y la desconfianza: ¿será que están haciendo una limpieza con cara de desinfección de la podredumbre anterior para dejar la suya? El tiempo lo dirá, hasta ahora han sido pocos los culpables procesados o en verdad ninguno.

Sólo se habla de cuentas congeladas, pero no de averiguaciones previas o indiciados. Si el estatus legal de este asunto, que ya es uno de los mayores desfalcos públicos de la historia, continúa de una manera tan vaga sin decenas o cientos de detenidos pues entonces mi desconfianza será plenamente justificada.

Sin una avalancha de cabezas rodando de una de las operaciones más multitudinarias que se han visto sólo podemos suponer que se cortaron unas cuantas cabezas visibles pero la gran empresa subterránea del desvío de hidrocarburos se mantendrá intacta para ser usada con otros viles propósitos.

Es demasiado tentador no extraer recursos, a menor escala, eso sí, pero sin pausa y con un sigilo y limpieza pasmosa. Sin embargo, si se lleva este tema hasta el fin pues haré un acto de arrepentimiento ante una de las maniobras más valientes que se han llevado a cabo en la historia de México. Una maniobra mal ejecutada y orquestada pero no pueden haber redadas sin vidrios rotos y lágrimas de clientes. Ya veremos si este asunto es para pasar a la historia como el transformador de México o como otro que limpió para poder sentarse a gusto por el tiempo que considere. El tiempo lo dirá, mientras tanto, con lo que hay hasta ahora: ¡Bravo!

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