Fernanda Duque/ SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- “Sólo una de cada 10 mujeres da lactancia materna”, aseguró Verónica Flores, doctora perinatal del Hospiten Cancún, quien señaló que en este tema, Quintana Roo ocupa el último lugar de la República Mexicana, pues sólo el 1% llega a amamantar hasta los seis primeros meses de vida, ya que la mayoría desiste o intercala con fórmula después de la primera semana.

Sin embargo, la última medición del Instituto Nacional de Estadística y Geografía indica que las mexicanas dejan de amamantar a los 8.8 meses, cuando la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es de 24 meses.

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Sandra Pérez Silva, coordinadora del área de Ginecología y Obstetricia del Hospital Regional número 17 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) opinó que esto se debe a que, pese a que se cree que la lactancia es un proceso natural, la falta de información y técnica desespera a las madres, quienes optan por el biberón.

Considerado como un tejido vivo, la leche materna aporta al recién nacido vitaminas A, B1, B2, B6, B12 y D, además de anticuerpos, inmunoglobinas, siete tipos de citosinas, proteínas, grasa y bacterias que son esenciales para éste.

Pero el infante no es el único que resulta beneficiado, la madre también tiene consecuencias positivas, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en México señala que las mujeres que optan por la lactancia se recuperan más rápido, evitan hemorragias, depresiones, vuelven a su peso más rápido, y disminuyen sus posibilidades contraer diabetes, osteoporosis, hipertensión y cáncer de mama.

“Además, está demostrado a nivel psicológico que el lazo afectivo que más compromete al recién nacido es sentir el pezón de la madre en su boca. En mi experiencia como mujer, el dar lactancia ha sido una de las mejores experiencias”, recordó la coordinadora, quien es madre de gemelos.

Pese a la experiencia que esto significa, 7.8% de las mujeres entre 15 y 49 años no pudo amamantar a su bebé debido a que nunca tuvo leche (33.4%), rechazo del infante (25.9%), enfermedad (14.2%) o por decisión propia (1%). Sin embargo, esto no significa que los niños de biberón o fórmula tengan un desapego de la madre, pues aun utilizando otro método de alimentación, se puede recuperar el vínculo a través del tacto y el contacto visual.