Sin guarderías del IMSS en Quintana Roo, 3 mil infantes están a la deriva

La carga de trabajo de las madres ha aumentado. No existe un plan estatal para auxiliarles en lo que reabren las estancias infantiles.

|
(Paola Chiomante/SIPSE)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

La contingencia sanitaria puso a Wilma frente a una dura realidad: ser madre, ser trabajadora y, ahora, ser maestra de su hijo de apenas tres años. Él, junto a tres mil 46 niñas y niños, dejó de ir a la guardería del IMSS-Quintana Roo dado que todas cerraron. Hoy, su madre debe adaptarse a la “nueva normalidad” para retornar a la oficina sin jardín de infantes a su disposición.

La empresa donde ella trabaja, al igual que otras en Cancún, implementó el teletrabajo desde marzo pasado. Sin embargo, con “semáforo naranja”, ya se habla de un retorno a los centros laborales bajo ciertos lineamientos sanitarios.

Pero los centros escolares han sido excluidos en esta fase. De acuerdo con el Diario Oficial de la Federación (DOF) publicado el 14 de mayo pasado, el “Semáforo por regiones” ordena que la reactivación de las actividades escolares sea hasta que la entidad se ubique en color verde.

“Mi mamá tendría que estar con él (su hijo) hasta las 6 de la tarde, y es un poquito más complicado. (Ella) tiene un negocio de atención al público. Él tendría que estar ahí con ella. Mi mamá no puede dejar de percibir ingresos”, explica.

Ingresar a su niño a una de las estancias infantiles privadas que ya reabrieron sus puertas, tampoco es opción. Es un gasto que no puede asumir.

Wilma se ha planteado la posibilidad de acudir medio tiempo a la oficina. Otra opción es intentar que sea su esposo quien pida mantener el teletrabajo para cuidar al pequeño André.

“La ventaja de mi esposo es que su trabajo es directamente en la computadora y mientras exista el internet él no tiene contacto con personas. En mi caso, sí. Yo sí tengo que tener trato con las personas; él tendría que platicar hacer home office”, relata.

-Pero… ¿Y si a ambos les dicen que “no”?

-No hemos pensado en esa opción. Tendríamos que analizarlo. Esperemos que no- contesta preocupada.

 

Infancia sin guarderías del IMSS y en el olvido

Para el Centro Integral de Atención a las Mujeres (CIAM) Cancún, la población infantil ha sido la gran olvidada durante la contingencia sanitaria.

A través de los programas que ofrecen a mujeres vulnerables y sus familias, han detectado que el confinamiento y la crisis económica han afectado de manera importante a menores de edad. Con el regreso a las actividades laborales presenciales, nuevamente se evidencia la falta de un plan que contemple el cuidado de la población infantil.

“En el confinamiento tenían alto grado de vulnerabilidad de violencia sexual, imagínate si la única persona con quien se pueden quedar es un agresor…”, advirtió en entrevista la directora de CIAM Cancún, Irma González Neri.

“Ese fue un tema, la seguridad de los niños y las niñas y, desgraciadamente, solamente cuatro estados tienen protocolos de atención a víctimas. Ninguna de las instituciones habla de atención a niñas y niños, es una población invisibilizada, una población que está olvidada, porque pareciera que tuvieran que adaptarse a la vida de los adultos y toda la carga emocional que están teniendo. A largo plazo nos va a costar”, lamentó.

Ante este panorama, desde la organización que ella encabeza se exige un protocolo “post-Covid” en el cual las instituciones locales incluyan temas como el cuidado infantil.

“Dónde se quedan niñas y niños, quién los cuida, cómo se les atiende si sufren violencia. Plasmado por escrito, no se debe dejar a la imaginación o en el entendimiento de la gente.  El trabajo de las autoridades es resolver estos problemas”, sentenció.

(Paola Chiomante/SIPSE)

Aumenta la carga de trabajo doméstico de las mujeres

Académicas del Colegio de México advirtieron a principios de junio una reducción en la participación laboral de las mujeres, esto debido a que aumentó su carga de trabajo en el hogar al recaer en ellas el cuidado de menores de edad o personas vulnerables.

A esto se suma que el retorno a las actividades remuneradas no ocurre a la par de la reapertura de escuelas y de servicios de cuidado.

Durante el diálogo virtual "Doble carga, doble riesgo: el trabajo de las mujeres durante la pandemia", organizado por el Colmex y citado por la Agencia Reforma, Landy Sánchez, profesora investigadora del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales del Colegio de México (Colmex), explicó que antes de la crisis sanitaria la participación femenina en el mercado laboral ya se encontraba estancada, y se espera que ante la reactivación económica ésta se reduzca aún más.

Señaló que el trabajo doméstico también aumentó derivado del confinamiento social porque entre las acciones de prevención se encuentran la desinfección constante de espacios.

El hecho de que la reactivación en la “Nueva Normalidad” no se dé a la par del reinicio de actividades escolares y de los servicios de cuidado, provoca que las mujeres vean más complicada su reincorporación al mercado laboral, ante la falta de opciones para suplir el cuidado que ellas proporcionan.

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) estimó que hasta el primer trimestre de 2019 había en el país 7.4 millones de madres de entre 15 a 49 años trabajadoras subordinadas y remuneradas. Dos de cada diez cuentan con las prestaciones de guardería y cuidados maternos.

¿Qué se puede hacer? Esto propone la ONU-Mujeres

El 20 de marzo pasado, la ONU Mujeres México lanzó una propuesta sobre cómo enfrentar el ámbito laboral en el contexto de la pandemia por COVID-19.

La organización señala que el cuidado de personas y de hogares en México recae principalmente en las mujeres, quienes asumen en promedio 39 horas semanales de este trabajo no remunerado. Destaca que, en el contexto actual esta carga invisible se incrementa debido a estos factores:  

  • Ante el cierre de escuelas y guarderías se requiere resolver el cuidado de niños, niñas y adolescentes en horas laborales.
  • Las mujeres son generalmente las encargadas de las tareas de educación dentro del hogar, así como de las actividades de limpieza y coordinación logística.
  • La situación puede generar inquietudes en las personas dependientes y la contención emocional ocupa también tiempo de las mujeres.
  • El aislamiento social preventivo (por la pandemia), por ejemplo, de personas adultas mayores y/o enfermas, puede implicar una carga de cuidados extra para las mujeres, que puede llegar a representar en sí misma una jornada laboral completa (no remunerada).
  • En medio de este contexto, la recomendación que da la organización es que el Estado Mexicano y las empresas promuevan medidas de conciliación y corresponsabilidad, tales como acciones para promover que los hombres ejerzan su derecho a la paternidad y la implementación de una “política nacional de cuidados”.

Sin embargo, tres meses después, en Quintana Roo no sólo no se han dado a conocer políticas laborales que se adapten a las nuevas necesidades de las familias con hijas o hijos menores de edad; sino que se han perdido más de 80 mil plazas laborales, según datos del gobernador, Carlos Joaquín González; y más de 110 mil, según las estadísticas del IMSS.

La realidad es la que vive Wilma, quien hoy se enfrenta a una reducción salarial, ha aprendido a hacer “home office” al mismo tiempo que atender las labores domésticas y didácticas que sugiere la guardería y ahora espera poder garantizar el cuidado de su hijo cuando ella tenga que regresar a su oficina.

La pandemia en la sombra: violencia doméstica a raíz del COVID-19

Lo más leído

skeleton





skeleton