El Cedral: fiesta viva

En Cozumel la cuentan con fervor. No hay nativo o avecindado sin emocionarse ante uno de los relatos más...

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En Cozumel la cuentan con fervor. No hay nativo o avecindado sin emocionarse ante uno de los relatos más fascinantes de la historia quintanarroense, el cual, sin duda, otorga una identidad inapelable: las fiestas en El Cedral, esa pequeña comunidad al sureste de la isla que fue un refugio seguro para quienes huyeron de la Guerra de Castas.

Es una de las celebraciones más antiguas del México contemporáneo. Su historia está relacionada con la llegada de Casimiro Cárdenas a la isla, uno de los sobrevivientes del movimiento social que los nativos mayas del sur y oriente de Yucatán iniciaron en julio de 1847 contra los blancos (criollos y mestizos), establecidos en la porción occidental de la península. Por eso data de 1848. Al año siguiente -como dato histórico- el Congreso de Yucatán decretó que los habitantes de Cozumel podían crear un poblado, cuando nuestro territorio pertenecía al vecino. Pero esa es otra historia.

La guerra costó cerca de un cuarto de millón de vidas y terminó oficialmente en 1901, tras la ocupación de la capital maya de Chan Santa Cruz, hoy Felipe Carrillo Puerto, por parte de las tropas del ejército federal mexicano. Los detalles, divulgados por el cronista Velio Vivas Valdés, son tan anecdóticos como increíbles.

Este año, bajo el eslogan “El Origen de Nuestra Historia”, del 23 de abril al 3 de mayo se desarrolla el encuentro que el presidente municipal Pedro Joaquín Delbouis califica “el más importante a nivel histórico, cultural y religioso”. Y es que, cabe insistir, la historia de Cozumel no se concibe sin tal festejo. Tampoco la de un Quintana Roo cuya identidad a veces es puesta en duda, sobre todo por quienes no tienen arraigo ni pertenencia.

Tan relevante es, que uno de los candidatos más experimentados del proceso en curso, Carlos Hernández Blanco (del PRI), explicaba que será el próximo lunes cuando los competidores reactiven con todo su proselitismo, en respeto a dicha tradición, que este año prosigue a la Semana Santa, con la cual algunos también vinculan por la sensación espiritual. Hay que vivirla para percibir en su magnitud.

Las actividades concluirán el 3 de mayo, Día de la Santa Cruz, que le dio origen. Además de bailes y conciertos, se fomenta la muestra gastronómica, la exhibición fotográfica y el relato de cuentos asociados en más de una casa, lo cual le da un valor sociocultural adicional incalculable. Por ello sobran las motivaciones para proponerla como patrimonio cultural.
El Cedral es de todos los quintanarroenses.

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