Predomina una coincidencia: la inseguridad y el sargazo son los dos desafíos más potentes en Quintana Roo. Cada uno con sus propias complejidades y enigmas, han obligado a multiplicar los esfuerzos y a encontrar soluciones multidisciplinarias.

Cozumel es el único municipio de los 11 que muestra indicadores tan positivos en ambos ramos, y tranquilizantes en cierto modo, aun cuando el presidente municipal, Pedro Joaquín Delbouis, advierte “peros” en un afán por concretar los primeros objetivos. ¿Qué han hecho?

En seguridad, han blindado las entradas y salidas como en Yucatán y Campeche, con cuyas autoridades han mantenido una retroalimentación productiva. En ocho meses se convirtió en el más seguro, por debajo de los que históricamente ostentaban las cifras menores, como Isla Mujeres, José María Morelos o Lázaro Cárdenas.

Tienen seis patrullas y quieren lograr 14 con una licitación ya lanzada; aspiran llegar a 20 y sueñan con tener 40 para que sea una por colonia, y el tiempo de reacción, que ya bajó de 30 minutos a siete, sea menor a uno. Esto, gracias al mando único.

Son 200 policías, tanto operativos como administrativos, y el objetivo es llegar a 300 como mínimo. Para ello se abrió una convocatoria desde el primer día. Para convencer a futuros agentes, piensan visitar las academias de Playa del Carmen y Cancún. Al personal se le aumentó más del 30% en salario y recibe más capacitaciones.

Además instalan 40 cámaras (incluidas las de reconocimiento facial), el fortalecimiento del Centro de Control, se colabora con la Naval y la revisión en el muelle a entre 100 y 200 vehículos que ingresan diariamente.

En turismo, el otro rubro, desde enero exhibe dos dígitos de crecimiento en vuelos nacionales y cruceros recibidos. Los números se deben a una promoción constante (una virtud en tiempos de austeridad y disoluciones) en Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara, por mencionar tres mercadores emisores.

Aunado a lo anterior, se mide gratamente lo que dejan los encuentros deportivos, por lo que esperan llevar algunos más, en un intento por consolidarse en tiempos de incertidumbre.

Solamente una ínfima porción del oriente tiene sargazo, es decir, la cara que muestra a quienes llegan desde Playa del Carmen está limpia. El 99% de sus hoteles no registra el problema, sin embargo las cuadrillas están activas y el gobierno participa de los protocolos.

Cozumel pone buen ejemplo más allá del Caribe mexicano.