Las estadísticas del delito

Parte del problema cuando se habla de indicadores de criminalidad...

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Parte del problema cuando se habla de indicadores de criminalidad es que pierden el sentido de su utilidad cuando solo se aprecian como la forma de evaluar la eficacia de las instituciones y las corporaciones y no desde sus múltiples utilidades, incluyendo la de herramienta básica para una mejor estrategia de prevención y combate al delito.

Esto no quiere decir que las cifras, los datos duros del delito no deban ser vistos como el reflejo de la efectividad de su prevención y combate, pero también deberían valorarse como lo que son: oro molido para mejorar y enfocar el combate a la criminalidad, es decir, herramientas que permiten a las instituciones evaluar y diagnosticar para focalizar la estrategia de combate.

Sin embargo, aún prevalece una inconsistencia en los datos de prevalencia y ocurrencia de los delitos, al menos los que son denunciados y que son los que dan una pauta para medir cuestiones como la incidencia del delito, más allá de las cifras absolutas que pueden decir muy poco.

El tema de las cifras de la criminalidad ha recobrado protagonismo luego de que la procuradora de la Ciudad de México, Ernestina Godoy, revelara en una entrevista radiofónica que los datos que se conocían a través del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), la fuente oficial más autorizada en este país, no reflejaban la estadística real de la capital en todo 2018.

La procuradora capitalina ofreció en la entrevista tres datos alarmantes, pues se trata de indicadores muy relevantes. Las estadísticas oficiales reportadas por el delito de violación (que aún se encuentran en el portal de esta dependencia) fueron de 682 casos cuando, en la entrevista, dijo que en realidad debieron ser 1,397, es decir, poco más del doble. En homicidio doloso fueron de 1,265 cuando en realidad debieron ser de 1,410 y robo de vehículo fueron de 11,308 cuando la cifra real era de 14,069.

Lo peor es que si uno revisa las estadísticas del Sistema Nacional de Seguridad Pública, aunque con muy poca diferencia, sus datos difieren de ambas cifras de la PGJ de la Ciudad de México. Y aún faltaría comparar las que tiene el Inegi, ya que éstas son las fuentes oficiales de referencia.

Según el informe Fallas de origen: Índice de Confiabilidad de la Estadística Criminal (ICEC), un estudio de México Evalúa que mide a nivel estatal qué tan fidedignas son las cifras de homicidios dolosos, existen subreportes sistemáticos en los datos que las procuradurías o fiscalías estatales reportan al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (Sesnsp).

“¿Por qué hay información delictiva de mala calidad? Es posible que las policías no reporten los delitos para evitar realizar una investigación. También es probable que los funcionarios del Ministerio Público se equivoquen al registrarlos. O tal vez las autoridades deciden modificar las cifras para demostrar que la seguridad ha mejorado en su ciudad. Cualquiera que sea la razón, el sub registro y la modificación de cifras delictivas en un problema gravísimo, que merece atención urgente”, añade el reporte, el cual propone la creación de un índice de confiabilidad que pudiera hacer comparables los datos del Sesnsp y el Inegi.

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