Los adultos y la música

Disfrutar la música no tiene edad, pero pareciera que acceder a ella sí, tal vez por todos los temores que vamos incorporando durante nuestra vida...

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Disfrutar la música no tiene edad, pero pareciera que acceder a ella sí, tal vez por todos los temores que vamos incorporando durante nuestra vida, uno de los más importantes es el temor al ridículo.

Los adultos recibimos constantes estímulos culturales que nos enriquecen en mayor o menor medida.

Y todos los adultos quieren satisfacer de entrada determinadas capacidades musicales específicas como: tener una actividad práctica musical, aprender a tocar el instrumento musical que comenzaron en la infancia y que abandonaron por algún motivo, o bien, acceder a este nuevo mundo y que nunca es tarde para ello.

Para la enseñanza de adultos es necesario adaptar las estrategias existentes a las características de los interesados.

Siempre se encuentra un repertorio adecuado a sus posibilidades, porque la música, en cualquiera de sus múltiples estilos y épocas, siempre ha ofrecido desde las obras más simples, hasta las que trasciende el virtuosismo.

Imagino dando una clase explicando dudas, la ubicación de las notas en el teclado, poner algunos ejercicios para acomodar correctamente los dedos de ambas manos y tal vez enseñé un fragmento de una melodía y demás.

Todo ello logra en el alumno que la música amansa a las fieras, aparte de hacer que los hemisferios cerebrales trabajen al máximo, trayendo como beneficio el desaparecer dolores de cabeza, el que surjan ideas para la resolución de problemas de la vida diaria, ejercitación de la motricidad fina y la motricidad gruesa, el aumento de autoestima al darse cuenta de los logros obtenidos por la constancia y un sinfín de cualidades.

No importa la edad que tengas, no importa si estás joven, niño, viejo o demasiado joven; aprende a tocar un instrumento.

Les garantizo que la vida les va a cambiar a tal grado que van a estar contentos más tiempo durante el día, van a ser la atracción de las fiestas o, simplemente, se van a consentir a ustedes mismos al escucharse tocar.

El practicar la motricidad fina hace seres más hábiles en todo sentido. Así es que vayan a conseguir una guitarra, un teclado o lo que sea; y si el presupuesto no ayuda, con una flauta dulce (la de los niños), será suficiente y les garantizo que será una experiencia maravillosa. Hasta la próxima semana.

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