Ondas cerebrales y música
La música es maravillosa y no dejan de sorprenderme los resultados que se tienen...
La música es maravillosa y no dejan de sorprenderme los resultados que se tienen de forma natural sólo con tener contacto con ella.
Las ondas cerebrales (Alfa, Beta Theta y Delta), producen de forma natural que nuestros pies se muevan cuando queremos mantener el ritmo con una pieza musical, o bien, llevar el ritmo con la mano pegando en una mesa o que tronemos los dedos en cuanto escuchamos algo agradable a nuestros oídos.
Y estos efectos físicos son sólo un ejemplo de cómo nuestros cuerpos naturalmente interpretan melodías. En lo más profundo de nuestros cráneos las ondas cerebrales delta y theta, que son de baja frecuencia, se sincronizan automáticamente con la música que estamos escuchando.
Estos ritmos de la corteza cerebral nos ayudan a procesar la pieza y tienen una función similar en las conversaciones, donde rompen sílabas, palabras y frases para que podamos entender lo que alguien está tratando de decirnos.
Existe un aparato de nombre magnetoencefalografo por el cual los investigadores han podido identificar la sincronización musical, y poder medir los campos magnéticos diminutos dentro del cerebro.
Hace unos años, en mi viaje de actualización de la American Musicological Society, tuve la oportunidad de ver un ejercicio realizado en un grupo que incluía a músicos y no músicos; y nos dimos cuenta de que los primeros eran mejores para la sincronización con piezas inusualmente lentas de música, y el doctor Oliver Sacks decía que la diferencia entre ambos grupos se atribuía a la forma en que estos individuos son capaces de procesar las pistas como melodías y como notas individuales, y estos también están mejor equipados que los no músicos para identificar las distorsiones de tono, que luego se replican y sincronizan a través de estos ritmos cerebrales corticales.
Obvio esto puede ayudar al aprendizaje de idiomas, a una comprensión mayor de la lectura y la velocidad de la misma, y estoy seguro de que alguien que estudie música puede aprender cualquier cosa haciendo un mejor uso de estos sistemas innatos e involuntarios que nuestro cerebro alberga. Hasta la próxima semana.