Hagamos las cosas bien
¿Soy polémico por decir la verdad? ¿Soy polémico por querer hacer las cosas bien?
De verdad que hace más de 10 años que no escribía en este tono, pero no se puede seguir así. ¿Soy polémico por decir la verdad? ¿Soy polémico por querer hacer las cosas bien? ¿Soy polémico por querer conformar equipos de gente que quiera hacer las cosas correctamente y por dejar fuera a los que no saben hacer las cosas o no quieren hacer las cosas bien? Pues entonces ¿Quién está mal? Estoy convencido de que si este país pudiera estar dirigido por la Madre Teresa de Calcuta, el Dalai Lama, el Papa o algún personaje como los antes mencionados estaríamos igual ¿saben por qué? Porque estaríamos nosotros sus habitantes haciendo exactamente lo mismo que hemos venido haciendo siempre: nada. Seguir comportándonos igual ante cualquier situación. Cohechando al policía o aceptar su oferta de mordida, con tal de que nos levante la infracción, colgándonos del cable del vecino, robándonos la señal del WiFi sin consumir en un lugar público, pagando para que nos salga bola negra en el sorteo del servicio militar y así no marchar, pagar a un funcionario público para no hacer cola, para agilizar el trámite o simplemente para que haga su trabajo. No hemos entendido que todo cuerpo de gobierno está para servirnos, nosotros pagamos sus salarios y no son los reyes en turno. Y así como nos quejamos del gobierno también existen las posiciones en la iniciativa privada en donde los diletantes (alguien que cobra por lo que no sabe hacer), están por doquier, en el supermercado, en el restaurante, en las escuelas, en los gimnasios, en los hoteles, en todo el arte, en el cine, y adonde se te ocurra ir. Este es el cáncer de México y de Latinoamérica; países ricos en todo pero llenos de diletantes. El mundo está al revés pero nosotros podemos enderezarlo y hacer que funcione a las mil maravillas. Haz de nuestro México el mejor país del mundo dedicándote a tu profesión u oficio y sin meter las narices en lo que no sabes. Y hablo de todos los rubros y de todos los niveles. No engañemos más al ignorante y enseñémosle como son las cosas realmente y no lo que los diletantes han hecho que piensen, dentro de su misma ignorancia. No estoy molesto, estoy triste. Hasta la próxima semana.