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Toda la gente que no está familiarizada con el arte se asombra de ver la facilidad que tiene un artista plástico al dar sus trazos con un pincel o con una espátula. Se asombran de lo fácil que se ve la ejecución de un músico ante su instrumento. Se ve simplemente mágico. Lo que la gente no sabe, es que para poder dar un concierto de piano de tres movimientos y con una duración de 30 minutos se lleva mucho tiempo en montarlo. Y cuando me refiero al tiempo de montaje no me estoy refiriendo el tiempo que lleva leerlo e interpretarlo a la perfección sino el tiempo que nos llevó leer e interpretar con perfección. Así mismo un artista plástico puede realizar una obra en minutos, pero esos minutos le llevaron años de práctica con diferentes técnicas, texturas y materiales que le permiten terminar una obra con esa facilidad que sorprende. En una ocasión vi a la maestra Victoria Rueda hacer 30 acuarelas de la misma imagen en un abrir y cerrar de ojos, pero ¿Cuántas horas pinta ella al día? ¿Cuántos años lleva con esa rutina? Este servidor no puede salir de la casa por la mañana si no toqué por lo menos una hora y media y repetir mínimo una rutina semejante antes de ir a la cama y por supuesto que habrá días en los que a media mañana o a media tarde se agreguen horas a la práctica del instrumento. Las horas de práctica son imprescindibles para el arte ya que ahí es donde se forja el carácter del artista, se rompen los miedos, se encuentra con las musas, se apacigua el alma y florece el temperamento. La disciplina es fundamental para lograr las metas y así como existe quien pinte, existe quien escriba, existe quien esculpe, existe quien toca y se debe de hacer todos los día que uno tenga hambre para llegar a la meta, aunque uno nunca llegue realmente. Estar en el camino hacia la meta es lo importante. Por ello el tener una actividad relacionada con el arte forja mejores personas, con un sentido de compromiso que no da otra actividad. Da la disciplina necesaria para realizar lo que sea y hacerlo con, sin o a pesar de cualquier adversidad. Ojalá tuviéramos más artistas, pero nos conformamos con tener mejores seres humanos que disfruten de la vida y sepan apreciar la belleza ahí donde otros no la ven ni la escuchan; y el arte logra eso y más. Hasta la próxima semana.

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