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Veo y escucho a las nuevas generaciones referirse a los que ya pintamos canas o se nos ha caído el cabello y nos ven como obsoletos. Siempre he tenido respeto por las canas y me enseñaron a escuchar la mayor parte de canas posibles. Hablo mucho, pero ante una cana, no puedo resistirme a escuchar y escuchar. Para mí son experiencia, conocimiento, sabiduría y puedo atribuir un sinnúmero de cualidades. Dirán algunos que es la justificación a mi caída de pelo y a mis canas; pero no es así. En una ocasión le dije a mi amigo Alberto Rocabert que estaba harto de no lograr que mi proyecto aterrizara como es debido y que ya estaba yo grande para estar esperando que se alinearan todas las estrellas, y muy educadamente como es su trato me dijo: No se te olvide que el coronel Sanders de Kentucky Fried Chicken, logró su éxito realmente a los 74 años. Así que todavía te falta tiempo como para rajarse. Agradezco la sacudida y gracias a ello seguimos adelante. Hace unos días leí esto que quiero compartir con ustedes. Está comprobado que la edad más productiva en la vida de un hombre es de los 60 a los 70 años. La segunda edad más productiva es de los 70 a los 80 años y la tercera edad más productiva es de los 50 a los 60 años. Esto quiere decir que estoy en la tercera edad más productiva y a punto de entrar en unos cuantos años a la segunda etapa. Qué razón tienen. La edad promedio de un ganador del Premio Nobel es de 62 años, de un CEO en una compañía Fortune 500 es de 63 años, la de los pastores de las 100 iglesias más grandes de América es de 71 años y la edad promedio para llegar a ser Papas es de 76 años. Así que las estadísticas sugieren que los mejores años de nuestra vida sean de los 60 a los 80. Y pues si, un grupo de muchachos recién salidos del conservatorio harán sonar decorosamente una orquesta, pero los que tienen más de 40 años en un atril la harán sonar de manera magistral. Así es que millenials y centennials téngannos paciencia que nosotros se las tenemos a ustedes. Somos la experiencia y se ahorrarían mil descalabros si tan solo escucharan a la voz de la experiencia. No todo es un computadora o una tableta o un celular. Nosotros ya pudimos usarlos, pero ustedes no han querido escuchar a la experiencia y ni todos juntos lo sabemos todo. Haríamos un equipo realmente invencible ¡créanlo! Hasta la próxima semana.

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