Peligran garantías individuales de hijos de reclusas

Los menores viven en un ambiente donde hay violencia, consumo de cigarro y falta de higiene.

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Es necesario que los menores habiten en un ambiente lo más sano posible. (Ivette Ycos/SIPSE)
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Eva Murillo/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- En el Centro de Readaptación Social (Cereso) de Cancún nacen, en promedio, tres niños por año, actualmente están con la mamá hasta los 18 meses, aunque la Ley Nacional de Ejecución de Penas establece como máximo la edad de tres años para que un menor pueda permanecer en la cárcel con su mamá, las mujeres exigen su derecho a ser madres, pero están en juego las garantías individuales de los pequeños, como el llegar a una familia en armonía y vivir desde el primer día de su vida en libertad.

En el penal de Cancún, como ocurre en la sociedad en libertad, hay madres de todo tipo, las que son responsables de sus hijos y las que por alguna adicción o falta de amor olvidan los compromisos que conlleva ser mamá, delegando los cuidados a sus compañeras de reclusión o incluso olvidando que hay pequeñas vidas dependientes de ellas.

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Actualmente, en el área femenil de la cárcel de Cancún, hay un par de reclusas embarazadas y dos que ya tienen a sus bebés con ellas, una está a punto de separarse de su hija, aunque acepta que es lo mejor para el desarrollo de la menor.

Las malas palabras, el consumo de cigarro, la violencia y la falta de higiene son las cosas que las madres reclusas tratan de alejar de sus hijos nacidos tras las rejas, lograrlo depende la disposición de las autoridades carcelarias y de las compañeras de la celda.

La prioridad es que el niño habite en un ambiente lo más sano posible, en donde haya respeto al menos entre las compañeras de celda; sin embargo, no siempre es posible, pues no falta quien trata de imponer sus reglas a pesar de la presencia de niños.

La cárcel de Cancún no cuenta con un espacio especial para los niños, quienes han nacido y vivido ahí se desarrollan en pequeños espacios, comparten celda hasta con nueve mujeres, duermen en la misma ‘plancha’ que su mamá, si ésta está en posibilidades de darle mejor comida que la que ellas consumen lo hace, de lo contrario lleva la misma dieta que las reclusas.

El área de juegos no se asemeja para nada a los de un parque o a la sala de una vivienda, los niños se desenvuelven, la mayor parte del tiempo, dentro de las celdas, también salen a los patios comunes, pero por no ser aptos para niños, si no están bajo supervisión de un adulto, corren el riesgo de caídas.

Hasta el año 2007 prevalecía el desorden en los tiempos de estancia de hijos de reclusas en el penal, al grado de una reclusa tras siete años salió en libertad con un menor de cinco años que por primera vez conocería el mundo real.

Luego de una época de enfrentamientos constantes, la orden de las autoridades carcelarias fue, por seguridad de los menores, que salieran del penal y sean entregados a familiares de las reclusas.

En el transcurso de tres años, en la cárcel de Cancún han nacido siete menores, hijos de reclusas y de reclusos, o de reclusas con su pareja en libertad.

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