Alejandro Castro/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- El aire de Cancún tiene altas concentraciones de metales contaminantes como azufre, zinc o plomo en los polvos urbanos de la ciudad, atribuidos principalmente al uso del automóvil. 

Una investigación de la Universidad del Caribe determinó que los metales se encuentran distribuidos principalmente en las áreas de tráfico como la zona hotelera o la avenida López Portillo. En algunos casos, en cantidades comparables con las de otras grandes urbes, como la Ciudad de México.

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Las autoras del estudio, Mara Fernanda Flores Moreno, Cinthia Berenice Pech Perera y Denisse Guadalupe Sánchez Toriz, estudiantes de ingeniería ambiental, expusieron que el azufre fue el elemento que presentó mayor dispersión en la zona, en la zona norte, centro y zona hotelera de Cancún. Este metal, explicaron, es un componente natural del petróleo y, por tanto, también de las gasolinas comerciales.

También se detectó presencia de plomo, cobre, o zinc, también asociados a los automóviles, pues se desprenden durante el proceso de frenado al estar presentes en la estructura de los neumáticos.

Las concentraciones de plomo, por ejemplo, son similares a las que se encuentran en la Ciudad de México o Madrid, aunque sea Cancún una ciudad con menor número de vehículos.

Al respecto, Laura Margarita Hernández Terrones, responsables del departamento de Ingeniería Ambiental y coordinadora del estudio, comentó que la idea surgió ante la falta de análisis de la calidad del aire en Cancún, el incumplimiento de la Norma Oficial Mexicana 156 de la materia y la necesidad de contar con datos para guiar las políticas públicas en materia de movilidad.

“Decidimos concentrarnos en los metales de los polvos urbanos más que en los gases de efecto invernadero, porque no hay estaciones de medición y no contamos con los equipos, entonces nos enfocamos en lo que sí podemos medir”, abundó.

Añadió que como ya se ha demostrado en otros estudios, la presencia de estos metales en el aire tiene repercusiones en la salud, principalmente en enfermedades respiratorias, aunque aún no hay un estudio local que asocie estos padecimientos con la contaminación atmosférica de la ciudad.