La ambición de nuestros políticos se está desbordando en esta temporada septembrina, ante el inminente inicio del proceso electoral mixto del primero de julio de 2018. Los acelerados predominan en todos los frentes, sea por su deseo de lograr la reelección o por ser candidatos a senadurías, diputaciones federales y presidencias municipales.

Los priistas confían en que haya quedado atrás el vigor huracanado del cinco de junio de 2016, cuando Carlos Joaquín González desterró al PRI de Palacio de Gobierno, aportando muchas vitaminas a tres candidatos a alcaldes: Luis Torres Llanes (Othón P. Blanco), Cristina Torres Gómez (Solidaridad) y Perla Tun Pech (Cozumel).

La silla capitalina es pretendida por dos diputados locales del PAN: Fernando Zelaya Espinoza y Mayuli Martínez Simón, pero ronda la posibilidad de que Luis Torres reoriente su estrategia y decida permanecer en la silla sureña, dejando por la paz su intención de ser diputado federal.

El PRI pretende renacer de sus cenizas en la capital del estado que los expulsó con furia de la gubernatura y la alcaldía chetumaleña, aunque hasta hoy no cuenta con una figura altamente competitiva, obligatoriamente ajena a la órbita nociva del ex gobernador Roberto Borge. Quizá María Hadad Castillo obtenga la candidatura y sea una adversaria muy peligrosa para el PAN y Morena.

Para el Senado en el cuartel tricolor han deslizado el nombre de la delegada del ISSSTE y ex alcaldesa capitalina, Cora Amalia Castilla Madrid, quien dejó un Ayuntamiento marchando como reloj suizo hasta la llegada del destructor Andrés Ruiz Morcillo, cuyo lema oculto fue “lo prometido es deuda”. Y vaya que cumplió su palabra.

                                                         De 1985 a 2017

El terremoto del 19 de septiembre de 1985 dejó de ser otra fecha conmemorativa en honor a las víctimas de la Ciudad de México, para manifestarse con su poder devastador precisamente a 32 años de distancia, con las heridas abiertas en definitiva.

La tragedia con víctimas por cuantificar debe unir a los mexicanos de buena voluntad, incluyendo a nuestros políticos que marchan con una agenda que los insensibiliza, contemplando el drama desde sus torres de cristal.

Nuestra solidaridad se tiene que manifestar en los centros de acopio para los damnificados por terremotos y huracanes.